El famoso alumbrado con el encendido por parte del alcalde de la ciudad, de 24 mil bombillas repartidas entre la portada y el recinto es el símbolo que da a conocer el comienzo de la famosa Feria de Abril de Sevilla.
De este modo, la edición número 165 de tan importante evento comenzó el día 24 de abril y culminará el próximo 29 de abril con el lanzamiento de fuegos artificiales.
Desde sus comienzos ha sido la fiesta de la primavera sevillana. Durante una semana sirve de centro de reunión de todos los sevillanos y visitantes, y cada año descubre lo mejor de esta ciudad y su gente.
Un clásico muy español en el que la constante son la fiesta, el color, el calor de la gente y, claro, la luz. Todo ello repartido en las 1.048 casetas del ferial que atraen a locales y turistas. Un parque de atracciones hace realidad el delirio y disfrute de los más pequeños y mayores, sin olvidar el majestuoso paseo de caballos y enganches, todo rodeado de armonía y alegría entre bailes, cantos y manzanilla.
Durante esta semana familias completas viven la feria. Se reúnen en las casetas a partir de media mañana hasta bien entrada la madrugada. Disfrutan entre cante y baile de un buen tapeo acompañado de una copita de manzanilla o rebujito, tomando al final del día churros con chocolate, para después abandonar el recinto ferial en busca de un lugar de descanso donde recuperar ganas y fuerzas para volver al recinto ferial al día siguiente.
La Feria de Sevilla se celebra siempre en la tercera semana después de Semana Santa, de martes a domingo. En el transcurso de la semana de feria esta va acompañada del tradicional festejo taurino. Diariamente se celebra en el coso sevillano de la Real Maestranza de Caballería, la corrida de toros anunciada. Numeroso es el público que acude todas las tardes a presenciar el duelo entre el toro y el torero.
La Feria de Abril es una tradición que paraliza Sevilla, durante una semana, y que provoca que una parte importante de la actividad de la ciudad se lleve a cabo en las numerosas casetas del Real, punto de encuentro, ya no de ganaderos que venden sus productos, sino de familias enteras que viven de una manera muy especial la más importante Feria del Mundo, la Feria de Sevilla.