Instaurado por el Grand Conseil de la República y Cantón de Ginebra en 1886, verdadero estándar de excelencia y emblema de la relojería ginebrina, el «Sello de Ginebra» representa la garantía de procedencia, realización, durabilidad y savoir-faire. Con motivo de la celebración de sus 125 años, en este sello mundialmente reconocido se produce un cambio fundamental para tomar en cuenta la evolución de las tecnologías y los materiales utilizados en relojería.
Evolución principal: a partir de 2012, la certificación no se hará únicamente sobre el movimiento, sino que tendrá en cuenta el reloj en su conjunto. Esto implica que el aderezo del reloj es tomado en cuenta.
La fabricación de componentes así como la verificación del conjunto de operaciones que permiten terminar un reloj son desde ahora objeto de un control sistemático y más exigente. Estos controles verifican especialmente que el ensamblado, el ajuste y el encajado hayan sido realizados en Ginebra. El control del reloj terminado también forma parte integrante de las exigencias del sello de Ginebra. Otras características serán verificadas con el fin de garantizar la estanqueidad, la precisión de funcionamiento, las funciones y la reserva de marcha del reloj.
Como afirma Daniel Favre, Presidente del Conseil de Fondation de TIMELAB – Laboratorio de relojería y microtécnica de Ginebra que tutela la certificación, «El Sello de Ginebra» va dar un vuelco en su evolución que le permitirá consolidar aún más su imagen. Esta especie de Denominación de Origen Protegida es una verdadera garantía de calidad cuyo perímetro será extendido con el fin responder a las exigencias de los clientes de la Alta Relojería.
Juan Carlos Torres, Director General de Vacheron Constantin y Presidente de la Unión de fabricantes de relojería de Ginebra, Vaud y Valais (UFGVV), ha destacado igualmente el valor del «Sello de Ginebra» en la industria relojera: «En una industria donde prevalece la autenticidad y en una época incierta propicia a los verdaderos valores, un sello insigne, preciso, transparente e inteligible constituye naturalmente un elemento esencial. Es una garantía tanto para las empresas, para su savoir-faire, como para la perpetuación de los oficios vinculados con la Alta Relojería».