Siguen las visitas de la pareja real, en su primera gira por el extranjero desde su boda en abril. Ayer llegaron a Calgary , en Canadá, y lejos del protocolo y las convenciones de ese país, en el que suelen usar sombreros de vaqueros, llegaron con la cabeza descubierta. Sin embargo, el alcalde de esa región, Naheed Nenshi, les había regalado dos sombreros de vaquero.
Así, Miguel Head, vocero de la real pareja, manifestó a The Associated Press que ambos estaban deseosos de usar los sombreros y «en forma alguna han despreciado lo que es un regalo muy apreciado». Por lo que, horas después, llegaron tocados con sendos sombreros blancos y prendas de vaquero montados en una diligencia hasta el centro de Calgary para presenciar una exhibición de rodeo.
Guillermo y Catalina vestían camisas abotonadas y jeans. La princesa llevaba una blusa de manga larga estampada creación de Alice Temperley, y el duque otra de marga corta a cuadros verdes, azules y blancos.
«Esto es diferente», dijo el príncipe con una sonrisa al saludar posteriormente a los congregados en una recepción tocando el ala de su sombrero de vaquero. «Hemos quedado profundamente afectados por la diversidad de este bello país: desde Ottawa a Quebec; desde la provincia de Isla Prince Edward a los Territorios del Noroeste; y ahora la trepidación de Calgary — y no mencionemos esos fantásticos sombreros blancos».