El Palacio de Naciones Unidas en Ginebra ya tiene oficialmente sello español. Y es que una de sus estancias más importantes, desde ahora la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones y nueva sede del Consejo de Derechos Humanos, alberga la contribución artística más importante desde su constitución en 1945: una inmensa cúpula obra del artista mallorquín Miquel Barceló.
Catorce meses después de que se iniciara la ejecución de este histórico trabajo, los Reyes de España, acompañados del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, lo inaguraron.
Un mar de colores, de una extensión aproximada de 1.500 metros cuadrados en el interior de una inmensa bóveda, repleto de estalactitas o brotes de pintura que parece «que saltan a los ojos del espectador», según ha explicado el propio Barceló. O, lo que es lo mismo, 35.000 kilos de pintura, más de un año de trabajo y un equipo de quince personas.