Fueron siete semanas pero para él fueron interminables. Kiefer Sutherland cumplió condena en prisión por conducir bajo los efectos del alcohol de manera reincidente. El protagonista de 24 ha hablado en la revista Vogue sobre su estancia entre rejas. “No se podía fumar. Las luces nunca se apagaban. No podías tapar nada e incluso no podías poner tu cabeza debajo de una manta. Todas las celdas tenían cámaras”, asegura.
Las cámaras no eran lo único que restaban privacidad en la vida del actor. A pesar de que en un principio le dijeron que tendría su propia celda, el actor confiesa que durante las primeras dos o tres semanas tuvo un “compañero de celda”.