La Universidad Jiaotong de Comunicaciones en Shangai, China, publica desde 2003 la lista de las mejores 500 universidades.
Claro, que tiene detractores que critican el listado y dicen que opta por criterios científicos y de investigación antes que formativos: toma en cuenta, por ejemplo, el número de premios Nobel egresados o los artículos publicados en la revista Science.
Pero este año ningún claustro latinoamericano aparece en la preciada lista de las 100 elegidas.
Brasil es el país de la región que más aparece, con seis centros educativos: la Universidad de San Pablo es la primera latinoamericana, seguida de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Buenos Aires. Son las únicas tres en el top 200 de Shangai. Sigue Chile, con la Universidad Católica y la Universidad de Chile, que cuenta con dos establecimientos seleccionados entre los 500 más destacados.
Como era de esperar, Harvard fue elegida por octava vez consecutiva como la mejor del mundo, seguida de Berkeley, que le quitó el puesto a Stanford. Otras cinco de los EEUU ocupan los diez primeros puestos, que sólo incluyen a las británicas Cambridge y Oxford, entre las no que no son de EE.UU.