Al igual que toda la isla de Sicilia, Palermo, su capital, es un estallido de alegría y de color. Esta ciudad tan gustosamente medieval, sigue guardando en su interior el encanto de lo antiguo.
Perderse por la Piazza Pretoria, con su famosa fuente, para llegar hasta Quattro Canti, centro neurálgico de Palermo, una plaza antigua desde la que parten las principales calles comerciales, como Coros Vittorio Emanuele y Vía Maqueda. Pero antes de dirigirse hacia aquellas calles, se ha de ver el fabuloso Palazzo dei Normanni, que con su estilo árabe-normando alberga el parlamento siciliano, y una gran cantidad de increíbles mosaicos que cubren las paredes y el techo de la Capilla Palatina y los Apartamentos Reales.
Pero Palermo no solo son pintorescos edificios que visitar y mirar, o calles en donde perderse, lo mejor de Palermo es su gastronomía. Esta ciudad es la capital de la cocina siciliana, considerada como una de las mejores del mundo.
Los restaurantes en Palermo, tienen su cocina centrada especialmente en los mariscos y el pescado. El Il Ristorantino es donde mejor se come en toda la ciudad, pero si se quieren disfrutar de los mejores vinos de toda la isla el destino es el Cin-Cin, que posee de las bodegas más grandes y selectas de toda la isla. Y para aquellos que prefieran quedarse en el centro de la ciudad una de las mejores opciones es el Piazza Olivella.
Todos estos restaurantes deleitaran los paladares de hasta los más sibaritas con lo mejor de la cocina siciliana.