Uno de los inventos más importantes de la historia ha sido el vino, descubierto desde tiempos inmemorables. El vino forma parte de la cultura más vieja del mundo.
Los espumosos nacieron por accidente cuando en la región francesa de Champagne , hacia el 1660, se comenzaron a embotellar los vinos recién elaborados creyendo que la fermentación había concluido, pero lo que sucedía en realidad, era que solo se había detenido, ya que con los fríos del invierno las levaduras dejan de trabajar para pasar a un estado de lactancia.
Don Perignon, monje Benedicto, cantinero y encargado de la bodega de la abadía de Hautvillers, se dio cuenta que saltaban los tapones de las botellas por la efervescencia, preocupado, fue que decidió probar el vino y cuando sintió burbujas en su boca, exclamó: ‘’ Estoy bebiéndolas estrellas’’.
Detrás de cada espumoso, hay una gran historia. Se dice que el accidente por el cual nació el vino espumoso, lo llevo a ser una bebida que personajes de la realeza lo aclamaron.
El brindis con vino en las coronaciones de los reyes de Francia se consideraba como algo corriente, pero la celebración con espumoso era una referencia llamativa.
Un dato curioso sobre el vino espumoso es que aproximadamente hay siete millones de burbujas en cada botella, un millón en cada copa. Se recomienda tomarlo a una temperatura fría, dependiendo de la categoría del espumante se puede optar por temperaturas bajas 6° C – 8° C resaltando su frescura y/o hasta unos 12°C , para poder deleitarse con su sabor. Algunos de los expertos recomiendan tomarlo en una copa ancha para poder apreciar mejor el sabor y el aroma, en lugar de una copa angosta y alta, aunque parezca más elegante.
Por ejemplo, Cinzano Prosecco es una gama de vinos espumosos con versiones dulces y secas, cada uno con sus propias y peculiares características. Elaborado con uvas Muscat Blanco; la exposición al sol y las características del suelo le provocan tener ese color amarillo. Se caracteriza por su sabor seco y su aromático buquet floral.
Cinzano Prosecco es un vino agridulce a base de hojas de alcachofa, tiene un sabor dulce amargo, herbáceo y refrescante, es un vino espumoso joven, con una espuma vivaz y una burbuja sutil pero persistente.