- Si no se tienen los cuidados necesarios, el cambio de estación puede afectar nuestra piel.
- El uso de protector solar se vuelve indispensable en la primavera, y dependerá de nuestro tipo de piel.
Con la llegada de una nueva estación no solo debemos pensar en renovar nuestro guardarropa y accesorios, sino en brindarle a nuestra piel los cuidados necesarios para que el cambio de clima no la afecte.
Nuestra piel resiente el cambio de estación y debe adaptarse del frío y la resequedad del invierno al calor de la primavera. Es momento de maximizar la protección contra los rayos solares y de agregar antioxidantes a la rutina de belleza, así como productos de renovación celular que, durante la temporada de frío, podrían haber causado irritación.
“A diferencia del invierno, durante la primavera no necesitamos hidratación intensa, porque nuestra piel la puede tomar del medio ambiente, que ahora tiene más humedad”, explica la doctora Jesse Schwartzberg, directora de Skin Project, clínica dermatológica ubicada en Homero No. 1425, Interior 1105, en Polanco.
“Las personas que viven en climas mucho más húmedos, deben cuidar que su piel no esté sobre-humectada, porque podría tornarse grasosa, lo que ocasionaría granitos. En este caso, se recomiendan cremas para epidermis grasa, evitando las texturas untosas y prefiriendo los geles o las presentaciones más líquidas. Además, se pueden agregar productos con vitamina A por la noche y un exfoliante”, agrega la especialista.
Ahora, si en esta primavera buscas consentir aun más tu piel con procedimientos que incluyen aparatología como infusión dérmica, la directora de Skin Project explica que se puedes continuar con el proyecto de salud y belleza de tu piel, a menos que planees una escapada a la playa. En ese caso, se deberían suspender tratamientos como los peelings y algunos tipos de láser.
Protección solar
Según datos del Observatorio Global del Cáncer (GLOBOCAN), en México se presentan más de 11 mil nuevos casos de cáncer de piel cada año. Por lo que el cuidado contra la radiación solar tiene que comenzar desde temprana edad, considerando las alarmantes estadísticas sobre melanoma, uno de los tipos de cáncer de piel más agresivos que existen y que puede prevenirse con el uso adecuado de la protección solar, asegura la doctora.
De los cuidados que tengamos en la infancia y en la adolescencia dependerá la calidad y salud de nuestra piel, ya que los rayos solares son la primera causa de envejecimiento prematuro. La protección solar es necesaria para prevenir alteraciones en la piel que pueden ser desde ligeras, como irritación, quemaduras leves o manchas, hasta las más severas, como cáncer de piel.
Sin embargo, a pesar de la difusión sobre la importancia de la protección solar, todavía algunas personas se niegan a usar estos productos argumentando que no les gusta el olor, que dejan la piel grasosa o con un color blanquecino. La buena noticia es que actualmente se pueden encontrar protectores sin fragancia o con acabado mate, en presentaciones en polvo compacto o incluso aerosol.
Sobre el factor de protección solar (FPS) que más nos conviene, la doctora Schwartzberg señala que depende tanto de nuestro tipo de piel como de nuestras actividades. Existe un poco de confusión sobre el factor que debemos usar. Por ejemplo, mucha gente cree que cuando va a la playa si usa un FPS 15 podrá broncearse. En cambio, si usa uno del 50 puede estar horas bajos los rayos del sol sin problema.
Esto no funciona así: un FPS bajo, al igual que uno alto, no promueve el bronceado, sino que evita que la piel se queme. De igual forma, uno FPS alto, aunque brinda más horas de protección, también se desprende o cae con el tiempo y el agua, así que hay que confiarse de más, sino que debemos reaplicar el protector solar.
¿Cada cuánto debemos reaplicar la protección solar?
La sensibilidad de una persona a los rayos ultravioleta o UV depende en gran medida de su tez. Por ejemplo, un individuo con una piel muy clara podría enrojecerse fácilmente exponiéndose al sol durante unos 15 minutos. Es aquí cuando se habla de “dosis eritematosa mínima” (DEM), la cual cuantifica la sensibilidad individual a la radiación UV.
Entonces, ¿cuántas dosis puede tolerar una persona muy blanca antes de quemarse si se aplica un factor de protector solar 15? La directora de Skin Project explica que para calcularlo debemos multiplicar el 15 del FPS por 15, de los minutos de la DEM, lo que da como resultado 225 minutos, es decir, casi cuatro horas. Si se considera esta regla, un FPS más alto nos proporcionará más protección durante más tiempo.
Pero la especialista agrega que, a pesar de esta regla, son muchos los factores que hacen que la protección no sea eficiente. En la playa, el sudor y las actividades acuáticas, entre otras, hacen que el protector solar se deteriore. Mientras que, en la ciudad, la misma grasa de la piel o el constante contacto de nuestras manos con la cara, también afecta la protección.
Por ello, los dermatólogos enfatizan la reaplicación del producto durante el día cada cuatro horas, para asegurar que la piel esté protegida de la radiación. A propósito de la reaplicación, a las personas de piel grasa les convienen las presentaciones en polvo, porque protegen y matifican al mismo tiempo. En cambio, a quienes se maquillan o sufren resequedad, les favorecen los productos en espray o bruma.