Para Veuve Clicquot, el amor es un idioma universal que día a día hay que celebrar, procurar y trabajar. Por esa razón, este mes de febrero Veuve Clicquot Rosé te invita a compartir y revivir todos aquellos momentos que hacen del amor una celebración única.
Siendo un idioma universal, el amor al paso de los años se ha interpretado en un sin fin de maneras y se ha convertido en algo más que una simple palabra. El amor es felicidad, dicha, determinación, agradecimiento, positivismo, empoderamiento y grandeza, además de ser el poder más grande que mueve a la humanidad.
Fue ese mismo amor y empoderamiento lo que llevó a Madame Clicquot, ‘La Gran Dame’, una mujer decidida, progresista y apasionada del champagne a revolucionar y reinventar el champagne rosado con Veuve Clicquot Rosé. Una expresion generosa, luminosa, elegante e intensa con un inigualable savoir-faire, una mezcla excepcional de frutos rojos y un largo final que se obtiene gracias a la delicadeza del Chardonnay y el toque de Meunier, la metáfora perfecta del amor. Un amor que va más allá de las barricas, que nace de la tierra y se comparte con el mundo.
Para Madame Clicquot, el amor es universal y no debe celebrarse solo en pareja; el amor debe celebrarse con uno mismo, con amigos, con familia y con todas aquellas personas que nos rodean. Tal como lo plasmó en una carta enviada a sus nietos, ‘El mundo está en movimiento perpetuo y nosotros debemos de inventar las cosas para el mañana’, esa misma verdad máxima se sostiene hasta el día de hoy. La pasión está en la raíz de toda la inspiración y la aventura, es lo que te impulsa a salir de lo familiar y dejar que la vida te sorprenda.
Este 14 de febrero, regresemos a las raíces del amor, el amor propio; un amor que sin duda es la base de todos los amores, es el fruto que permite amar a otras personas. Veuve Clicquot Rosé te invita a que juntos compartamos el amor en todas sus formas y expresiones.
Disfrútalo con tu persona favorita!
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