Rasgo de audacia, forma armoniosa, símbolo de una familia. Es travieso y revoltoso. Es la esencia de lo que constituye la joyería Chopard: el corazón, para la Casa el fruto de una incesante búsqueda de perfección. Sublimado por el juego de los míticos diamantes móviles, destaca dentro de la colección de joyas talismán, Happy Diamonds Icons, que se enriquece con la incorporación de sortijas, pulseras, colgantes y pendientes de oro ético. Unas creaciones de un encanto magnético.
El corazón Chopard: la armonía de las proporciones.- Tierno y lúdico, juguetón y generoso, culto y muy alegre, el corazón es una figura universal alrededor de la que se reúnen todos los que a través de la generosidad y de la bondad conceden a los sentimientos toda la importancia que realmente tienen. Chopard ha encontrado en él el arquetipo absoluto sin que jamás nadie haya llegado tan lejos en la elaboración y la perfección escultural de este diseño.
Happy Diamonds Icons es el logro de este trabajo de investigación sobre la forma y las proporciones perfectas: una serie de corazones engastados o pulidos en oro ético de 18 quilates rosa, blanco o amarillo, declinados en el seno de una colección que se ha convertido en una pieza esencial del guardarropa femenino. Entre dos cristales de zafiro, unos diamantes, en solitario o de tres en tres, evolucionan en toda libertad en el seno de este corazón palpitante. Un baile de diamantes eterno para recordarnos que amamos y que somos amados.
La colección Happy Diamonds Icons está constituida por un par de pendientes dormilonas y por unos adorables pendientes pequeños, cada uno de ellos provisto de un diamante móvil. Su repertorio joyero se amplía también con sortijas, colgantes y pulseras flexibles: unas joyas delicadas que se pueden acumular en un arranque de audacia que revela el carácter singular de la mujer Chopard. Son los íntimos de la vida diaria, unos talismanes que jamás nos quitamos y que se llevan como una segunda piel. Y, por último, sobre la pulsera rígida se enfrentan dos corazones cara a cara: los tres diamantes móviles del primer corazón inician un alegre paso a dos con el diamante móvil solitario del segundo corazón. Un cara a cara etéreo y magnífico.
«Estos diamantes son más felices en libertad», exclamó Karin Scheufele un día de 1976 cuando posó su mirada sobre el primer prototipo de los diamantes móviles: habían nacido los Happy Diamonds. En total libertad entre dos cristales de zafiro, los diamantes siguen los movimientos de la mujer que los lleva. Convertidos en icónicos, desde entonces no han dejado de inspirar y de acompañar a la emancipación de las mujeres en un movimiento liberador y alegre, llevados por la energía de la copresidenta y directora artística de la Casa, Caroline Scheufele.