El fabuloso Museo Miho, ubicado en las montañas que rodean la ciudad de Kioto, Japón (diseñado por el arquitecto I. M. Pei e inaugurado en 1997), fue el escenario ideal para la presentación de la esperada colección Crucero 2018 de Louis Vuitton.
La firma, última en mostrar esta colección tras las presentaciones de Chanel, Prada (en Milán) y Dior, en Los Ángeles, eligió este espacio como un símbolo de su inspiración, una fusión perfecta entre moda, naturaleza y paisajes urbanos.
Fusionando lo urbano y lo orgánico, la tradición con la modernidad, la colección se inspira en la cultura japonesa, recogiendo elementos como los vestidos tradicionales, las artes marciales o los samuráis.
Los diseños incluyen vestidos cortos con lentejuelas en llamativos colores, vestidos de noche en dorados, suéteres entrelazados en cuero y jersey o bolsos inspirados en máscaras de Kabuki.
La colección, comandada por Nicolas Ghesquière, director creativo de Louis Vuitton, contó con la colaboración de dos reconocidos diseñadores: Kansaï Yamamoto, quien diseñó iconos, símbolos y personajes para algunas prendas y accesorios de la colección Crucero 2018 y Kristopher Haigh, creador de sombreros para la nueva línea.
Ghesquière aseguró que visitó el Museo Miho años atrás, quedando fascinado por la armonía entre arquitectura y naturaleza.
«Japón es un país que conozco bien. Fue uno de los primeros lugares a los que viajé cuando estaba buscando inspiración, hace unos 20 años, y he sido un visitante regular desde entonces. Esta colección es la culminación de lo que Japón me ha dado durante mucho tiempo», añadió.