Enfocada a la ciencia de la organoléptica de los sabores e ingredientes, abrió sus puertas en Polanco la chocolatería Di Cioccolato, con la premisa de «sentir la música en el paladar o escuchar al chocolate».
Los chocolates de Emilio Mejía, chocolatero y experto en música barroca, se enfocan a los sentimientos, donde cada sabor nos remite a una emoción y está hecho con materia prima completamente natural.
Di Cioccolato no utiliza saborizantes o conservadores, y el chocolate que pueden degustar en esta boutique no tiene otra grasa más la natural del cacao, por esto, el mensaje es ser lo más transparente en los sabores para que lleguen a la boca del comensal sin interrupciones de saborizantes artificiales.
Mejía se basa en la filosofía de los afectos del siglo XVIII en donde todo lo que nos rodea nos influye y nos hace sentir. «Aquí nos interesa el saber qué emoción te puede producir un sabor. Siempre que estamos tristes lo asociamos con algo amargo o por ejemplo la alegría con lo dulce», explica.
Di Cioccolato, ubicado en Newton 268 de la colonia Polanco, arranca con 10 sabores que cubren la gama de lo amargo a lo dulce, entre los que destacan un bombón de chocolate blanco, tres con amargo y los demás con leche.
Los sabores son: maracuyá, albahaca con limón y chía, tamarindo, jamaica, guayaba, mezcal, cajeta, frambuesa balsámico, gianduja de avellana y café.
En 2014 Emilio Mejía inició su proyecto repostero «Cápsicum #chocolateríamusical», cuyo eje es la mezcla de la música con el chocolate.