Divertidas yuxtaposiciones y elegantes contradicciones para expresar un sentimiento de alegría evidente son los ejes centrales de la nueva propuesta de Salvatore Ferragamo para esta temporada.
La colección ofrece texturas que intencionalmente chocan entre sí, volúmenes sobrepuestos y las telas monótonas más finas están encendidas por colores y motivos exuberantes, explorando el lujo a través de lo familiar y lo inesperado.
Los movimientos artísticos de los años 1920 y ’30 marcaron el punto de partida para el director
creativo Massimiliano Giornetti, reflejando el espíritu innovador del fundador Salvatore Ferragamo, para crear una colección construida en torno al tema del ensamble.
Las formas geométricas representan el corazón de la colección: el zigzag se utiliza en múltiples formas, ya sea mostrándose en vestidos de punto vibrante y en los tops de raso acolchado, o como un sutil acabado en un abrigo de cachemir de doble cara de color blanco puro, sus bordes angulares llevan a pensar en dientes de tiburón que se compensan con la suavidad de la tela.
Abrigos muy estructurados de rayas blancas y negras dan un giro irónico con pompones de visón como botones; monopatines caprichosos se imprimen sobre sensuales camisas de seda; el rigor de la geometría se suaviza con la presencia de vestidos y capas de dobladillo festoneado.
El zigzag reaparece sobre puntadas detalladas en botines caleidoscópicos en gamuza y piel de lagarto, mientras los bolsos reafirman la precisión de la geometría con una gran cantidad de cuadros, rayas y zigzags.