El mezcal Montelobos es elegante y cadencioso, al paladar presenta un abanico de sabores que vienen de ese Oaxaca creador de elixires deliciosos, de ese Estado místico, mágico y lleno de artesanos que se dedican a la elaboración de esta deliciosa bebida ancestral, que hoy, es llevada a un público que ha ido evolucionando el paladar, haciendo de este un preferido en bares y restaurantes tanto en México como en el extranjero. Figuras como Karl Lagerfeld son hoy fans de estos mezcales deliciosos.
Para hablar del mezcal Montelobos hay que hablar de Iván Saldaña, doctor en botánica y especialista en agave, quién trabaja en conjunto con Don Abel López Mateos, quinta generación de palanquero y agricultor, quién ride tributo al majestuoso para lograr este producto inigualable. La mezcla de herencias europeas con la de los pueblos originales de Mesoamérica y la historia reciente en el México actual, influyen fuertemente en la forma en que los mezcales son producidos. Montelobos es un producto blanco con brillos cuando se expone a la luz, al olfato presenta una nariz sorprendentemente compleja, y habrá que tener una nariz educada para captar de primer olfato las notas frutales y herbales, el anís, plátano, piña y espárrago verde acompañada de el peculiar olor de humo y acetona. Lo más interesante y educativo al ir conociendo el mezcal es cerrar los ojos y comenzar el viaje de olores y sabores.
Los sabores y olores contenidos en un mezcal pueden agruparse en cuatro grandes grupos en función de su origen. Además, existen sabores y olores que pueden estar presentes como resultado de variantes peculiares en un mezcal específico; de una particularidad de su proceso; o de un proceso posterior de saborización. Este mezcal ofrece un largo laberinto de sabores y olores elegantemente integrados que ofrece experiencias a cada trago. Montelobos nace a partir de la visión y un propósito: el de transformar el mejor Agave Espadín orgánico certificado a través de métodos artesanales tradicionales para obtener un mezcal de balance perfecto y complejidad extraordinaria.
La complejidad de los mezcales es sorprendente, sobretodo por que el mezcal blanco —base de todos los demás—, es un destilado que no ha sido sujeto a proceso de maduración alguno, lo que implica que todo lo encontrado en el producto proviene de la materia prima y los procesos básicos con los que fue creado.
Un lugar en donde podemos encontrar grandes mezcales es Limantour, bar con dos sucursales en donde podemos encontrarlo tanto para tomarlo derecho con su naranjita y sal de gusano, o en delicados y ricos cocteles que harán la noche de todos los que los prueben. Yo soy fan del mezcal derecho y con amigos en Mercado Roma los viernes en Barra 57. Así es que los invito a probar esta gran marca y !salud!