La guapísima coordinadora de moda de Vogue, Sofía Sacal, celebró su boda religiosa, luego de haber realizado el enlace civil el septiembre del año pasado en San Miguel de Allende. El afortunado fue Alfredo “Freddy” Achar, su novio de muchos años, a quien se ve que Elías Sacal quiere mucho, porque en las pocas fotos que vimos en las redes sociales, aparece feliz abrazando a su yerno, sonriendo en el baile con su hija.
El septiembre hicieron la ceremonia Shabat el hotel Rosewood, previa a la que hubo una callejoneada por las calles del centro, así como se usa en Oaxaca también, y lo menciono porque mi amiga Diana Miller se casa próximamente con el escultor Adán Paredes en la hermosa capital oaxaqueña.
Boda en Oaxaca
Yo ya me mandé a hacer el vestido con Paola Zepeda, diseñadora que trabaja con artesanos chiapanecos y oaxaqueños para su marca Petra Berze, producto de sus estudios en el Toronto Fashion Academy. Además, Paola es stylist. Una mujer súper preparada en los menesteres de la moda. Tienen que ver el vestido, ya se los mostraré en su momento; será con bordados oaxaqueños, ya que el dress code sugerido es huipil.
(Muero por ver a Lili Téllez y a Ana María Salazar de Fridas. Será un mano a mano entre todas nosotras…que gane la mejor, manas).
Siempre que hay bodas me emociono porque yo nunca tuve una. Bueno, al menos no la que quería. De hecho, queridos lectores, estoy convencida de que me quería casar sólo para tener mi hermoso vestido como pastel, mi enorme tocado de rosas blancas y orquídeas, que por entonces se usaban, y una espectacular fiesta en el Salón del Ángel del hotel Sheraton Máría Isabel, donde originalmente sería la ceremonia, amenizada por la Orquesta de Pepe González…
¿¡Pero qué creeeeeen?! Que me harté tanto del susodicho, que para cuando faltaban cinco meses para la boda, misma que había planeado desde un año antes –con la fila en la iglesia incluida, para que nadie te ganara el mejor lugar el día que tú querías–, decidí mandarlo todo al traste y regresarme con mis chivas desde Florencia, Italia, donde vivíamos, y cancelar todo el show que organizaba con mi mamá, mi amiga Katia y mi hermana.
27 bodas
Cabe mencionar que cada que me peleaba con el Zutanito, aplicaba la clásica: “¡Me voy con mi mamá!”, excepto porque mi mamá vivía a 8 horas y mil 1500 dólares de distancia. Total que en una de esas ya no regresé y he de confesar con cierto rubor en las mejillas, que aun cuando ya estaba aquí, seguía pensando en la ociosa idea de casarme porque moría por la boda.
Luego una se levanta de la cama y se recuerda a sí misma que esa estupidez no tiene cabida en una mujer pensante. La boda por la boda, digo, no el matrimonio (aunque tengo mis dudas), en fin… La cosa es que no me casé, pero como tenía 23 años y me juraba el súper partido, estaba también convencida de que era demasiado joven para pensar en eso y que, seguramente, me casaría algún día con alguien mejor, que me quisiera más y con el que tendría mi boda soñada siendo una mujer cabal.
No me he casado.
En realidad no creo hacerlo.
El punto es que me encantan las bodas. Yo soy la típica amiga que no se pierde una y que, como en la película “27 Bodas”, guardaba los múltiples vestidos de dama de honor que he tenido el placer de interpretar (bueno, los conservé hasta hace una semana que mi madre me hizo tirarlos para “deshacerme de vejestorios”) y era la más animada de la fiesta.
Las bodas perfectas
Como además nunca tuve la famosa “temporada de bodas”, porque mis amigas eran liberales y existencialistas, sólo fui a las de tres o cuatro de mis amigas del Green Hills y se acabó. Viva el amor libre. A lo largo de 15 años puedo decir que la temporada de bodas nunca se acaba porque siempre tengo amigas que descubren o redescubren el amor y lo celebran con bodas de todos estilos.
Llevar o no galán
Me gustan tanto que a las últimas bodas dejé de llevar acompañante y me ponía de acuerdo con los cuates, porque no hay nada más incómodo que llevar a un mono jetón que se la pasa sentado, porque, o no sabe bailar ni le gusta, o nada más quiere echar el trago, o peor aún, quiere que lo “atiendas” como si fueras su mucama. Yo pasé por todos los anteriores y es horrible.
Aparte, si no tienes novio, pretendiente o similar, es espantoso tener que buscar amigo para ir. Todo el mundo es fan del “amigo para las bodas”, pero a menos que sea un tipazo mil tipo mi amigo Steve que a todos lados va contento, con todo mundo se integra y siempre le entra a todas las actividades, en serio, no son necesarios.
Sola, me lo paso bomba, así lo haré con la Miller wediding, así lo hice en la de Jess Pacheco, la de mi amiga Mireya y lo recomiendo ampliamente. Paren de sufrir, solteras de la socialité, dejen de estresarse por llevar monos de pilas y sean libres. Luego es horrible andar levantando borrachos y mueres de la pena porque ya se ahogó tanto que se resbala o te empieza a decir improperios en medio de la pista.
O bueno, hagan lo que quieran, el chiste es disfrutar las bodas.
La lista negra de los esposos
A propósito de matrimonios, me enteré que modificaron el código civil del Distrito Federal y salió en la gaceta oficial lo siguiente: a los futuros casaderos se les invitará a tomar un curso “vocacional” para casarse, así como cuando te mandaban a la prepa a ver si de verdad querías ser ingeniero o en el fondo tenías madera de contador.
Lo peor, es que se va a publicar un padrón en el Tribunal de Justicia del D.F. para identificar a los deudores alimentarios, o sea, a los que no pagan pensión alimenticia y no los dejarán casarse por lo civil (uy, y con las ganas que tienen de comprometerse en matrimonio los hombres divorciados…).
Perdón, yo sé que no está chistoso, pero me dio mucha risa porque me recordó todas las veces que mis amigas y yo planeamos hacer una webpage secreta para denunciar patanes, golpeadores, usadores de mujeres y variopintos hombres mezquinos. Nunca nos atrevimos.
Un día, en alguna fiesta, seguramente, Mónica Isabel Pérez y otras colegas decidimos que lo haríamos “con todo rigor”, en el que pediríamos pruebas específicas (tipo emails, fotografías, snapshots y un largo etc) para determinar si el patán era patán o más bien la amiga sólo estaba ardida y quería perjudicarlo por venganza.
Luego de cavilar profundamente en el proceso seleccionador decidimos abortar la misión. Alguien más lo hizo, pero en una página de Facebook que ya desapareció, donde hasta etiquetaban a los fulanos, ellos respondían y se volvió un circo de agresiones y de mentadas que terminó en censura por la propia red social. Pero era divertidísima, jajajaja, yo llegué a encontrar a un par de patanes de mi insectario.
Ahora, en realidad es innecesaria, porque en los ambientes pequeños, como el socialité, todo mundo sabe quién es insecto y quién no, quién es buen papá y quién no, y aunque nadie sabe la verdadera historia de un matrimonio, también sabemos quién es una chica con clase y quién no. O sea, no hace falta andar quemando a nadie.
Todo esto viene a cuento para que consulten a su futuro empresario en el padrón del Tribunal. Good luck, amiguitos…
El remate
Por último y en temas también familiares pero súper bonitos, les mando besos a dos buenos papás y una de mis parejas favoritas, (nada que ver con lo que contaba atrás), que son Michelle Torres y Mateo Gorina, quienes nos regalaron en Facebook una foto de su hermosa bebita Sienna en distintos momentos de su nueva vida.
Recientemente, Mich subió fotos de su nena con un lindo vestidito de smock rosa de la firma francesa Tartine et Chocolat, que parece de caramelo, con lo que se está convirtiendo en una baby fashionista, como su mamá.
Lo mismo que Diego, el bebé de mi querida Josette Carbajal y su marido Ale Langarica, otra súper pareja que adoro; Dieguito es todo un dandy que conduce su mini BMW de juguete y trae un look súper vanguardista azuzado por su mamá, quien se divierte de lo lindo con las ocurrencias de su niño, igual de alegre y charming que ellos.
Cuando veo estas fotitos es cuando pienso que sí vale la pena casarse y tener una familia, así que felicidades a Sofía Sacal y a todos los novios que están por formar una nueva vida (yo, queridos, iré a todas sus bodas en Marlene Dietrich a bailar, fumar puro y tomar de sus mejores tequilas).
Mazel Tov y nos leemos la próxima semana.
Mi Twitter: @elprincipado