La primera dama estadounidense, Michelle Obama, consiguió lo que pocas personas lograron: hacer que la reina Isabel de Inglaterra rompa el protocolo y le dé un breve abrazo, en una rarísima demostración pública de afecto.
Michelle y su marido, el presidente Barack Obama, asistieron a una recepción encabezada por la reina para los gobernantes llegados a Londres para la cumbre del G-20 sobre la crisis económica mundial.
En una clara señal de la impresión que Michelle Obama causó sobre ella, la reina, de 82 años, se salió del protocolo y con una gran sonrisa puso su brazo en torno a la primera dama estadounidense, según informaron hoy todos los diarios británicos.
La mujer de Obama, que nunca antes se había reunido con la reina Isabel, respondió con un gesto idéntico.