Adele, una de las voces más hermosas de estos últimos tiempos, confesó haberse sentido muy extraña de trabajar con el productor Rick Rubin para su álbum ’21’, ya que el estudio donde trabajaban, el Shangri-La de Malibú, había sido usado con anterioridad por algunos de los héroes de Adele, como Johnny Cash o los Red Hot Chili Peppers.
«El primer día sufrí un ataque de nervios. Se me fue la cabeza y me eché a llorar y tuve que salir a pasear por la playa, para recomponerme. Después de aquello, ya me sentía bien, aunque aún un poco rara. En uno de los descansos, Rick se dirigió a su ingeniero y le dijo: ‘¿Recuerdas cuando tuvimos el mismo problema con Johnny Cash? Otro día, Kid Rock se dejó caer para grabar algo mientras yo me fumaba un cigarrillo fuera. Me sentí como si hubiera tenido una experiencia astral», declaró la cantante.
Además, la artista confesó que le entró «el pánico» cuando, en un viaje, se bloqueó mientras intentaba componer su segundo disco. «No todo es como parecer, siempre pensé que podría escribir estando de gira, pero aquella vez no pude. ¿Cómo lo superé? No lo hice. J**er, me entró el pánico», confesó a la revista Q.
Por su parte, la estrella británica perdería millones de dólares por ingresos de su próximo tour, ya que teme que sus cuerdas vocales puedan dañarse en forma permanente.
Al parecer, «la cirugía fue un éxito pero los médicos aún están preocupados de que pueda dañar su voz. Ellos han dado el visto bueno a un par de conciertos, pero un tour completo ha sido descartado por ahora: Esto quiere decir que los futuros onciertos en los Estados Unidos y su actuación en el O2 Arena de Londres están en duda», confesó una fuente cercana a la artista.