Comienzo esta columna contándoles que Masaryk.TV tendrá protagonismo en el próximo Salón Internacional de Alta Relojería, donde participaremos como medio asociado y seremos la webpage de lujo que los mantendrá informados en tiempo real sobre los detalles y novedades del SIAR, que no podrán perderse.
¡Aplausos!
En este contexto relojero, aprovecho para contarles que esta columna tiene ya cuatro años de existencia. Nació en El Universal, se mudó a Estilo México y llegó a Masaryk.Tv hace poco más de un año. Pero, ¿cómo comenzó todo? ¿De dónde salí? ¿Quién me inventó? ¿Por qué estoy aquí?
Para contarla, tengo que hablarles de Jorge Zepeda Patterson, el flamante y celebrado ganador del Premio Planeta de Novela 2014, anunciado ayer en España con su obra “Milena y el fémur más bello del mundo”, que estará en librerías a partir del 5 de noviembre. A propósito de la coyontura, les cuento mi historia con él.
Jorge es un gran periodista y escritor, autor del también bestseller, “Los Corruptores”, una novela que narra los vericuetos de la vida política de México, en el que reconocemos a muchos (bueno, a todos) los gobernantes de este país, columnista de El Universal y director del portal de noticias www.SinEmbargo.com
Jorge y su brazo derecho, otro extraordinario periodista Alejandro Páez Varela, quien también es novelista (ha publicado “Corazón de Kaláshnikov” y “El reino de las Moscas” “Música para perros”, con Alfaguara), fundaron la revista Día Siete en 2002 entre otros medios de su editorial independiente, El Despertador.
Yo entré a colaborar con ellos en 2004, cuando acababa de regresar de Italia, separada de mi príncipe (sapo) azul, flaca, ojerosa, cansada, sin ilusiones… ni trabajo. Había colaborado un tiempo en Milenio Semanal, pero como me recomendó un galán, apenas tronamos me dieron una patada en el trasero.
De cultura a sociales
Para evitar el ocio, me puse a reportear. Me interesaba mucho el virus del papiloma humano, del que poco se hablaba todavía. Me aventé una investigación de campo de tres meses y di con el creador de la primera vacuna preventiva del VPH (luego la patentó un laboratorio y tomó el nombre de Gerdasil, la vacuna actual); era un científico de la UNAM, Ricardo Rosales.
Cuando lo terminé no tenía dónde publicarlo y no quería malbaratarlo, así que yo en soñadora, mandé un mail a Día Siete, la revista que venia encartada en El Universal cada domingo. A los dos días, Alejandro Páez, el subdirector, me contactó y me dijo que lo publicaría; sin conocerme, sin recomendación alguna ni novios que me dieran espaldarazos, publicó un trabajo sólo porque era muy bueno (y sí lo era, la neta). Me pidió únicamente mi CV. ¡¿Quién hace eso?! Nadie. Un editor realmente bueno.
Al cabo de unas semanas lo fui a conocer y me contrató como articulista. Estuve por cinco años escribiendo toda clase de textos, algunos tan entrañables que los fieles lectores de Día Siete aún recuerdan.
En varias ocasiones, periódicos y revistas intentaron piratearme de Día Siete. Nunca me dejé; ni Alejandro Páez ni Jorge Zepeda me ofrecían más dinero, sabían que nunca iba dejarlos porque tenía tatuada a la revista. La única pausa que hice fue en 2008 cuando estudié cine, que era muy demandante.
Al regresar a los medios decidí buscarme la vida lejos de su ala y acepté una oferta de Mundo Ejecutivo como editora de tres títulos de estilo de vida y sociales, donde trabajé al lado de Jessica Pacheco, de quien aprendí todo lo que sé del lujo y la socialité. Jess, hoy directora de RSVP de Excélsior, es la mejor editora de sociales de este país, punto.
De cómo se gestó Clase In
Pero en 2010, Ale Páez me llamó para proponerme que me integrara a El Universal en estos sectores y le presentara a Jorge Zepeda un suplemento social. En aquel momento, Jorge era el director del diario y Alejandro el subdirector.
Durante seis meses planeamos y trabajamos un suplemento que después sería “Clase” (Aclaro: mi trabajo NADA tenía que ver con lo que salió después y que ahora está en reestructura). Lo entregamos, pero Jorge había concluido su contrato de dos años y pronto dejaría la dirección del periódico. El suplemento no iba a hacerse, al menos, con nosotros.
Pocos días después, Zepeda-Patterson me llamó para decirme dos cosas que no olvido: “No vayas a cometer la tontería de irte corriendo detrás de nosotros, ya hablamos con los directivos y el nuevo director editorial y te dejamos muy bien recomendada; a partir de la próxima semana eres la nueva columnista social de El Universal. Espero tu propuesta”.
El Principado de 1917
Luego de entrar en pánico escénico y llorar de emoción, me asaltó el pensamiento el cómo iba a sustituir a mujeres de gran trayectoria social como Maru Ruiz de Icaza o Kitzia Nin, las anteriores columnistas. Era imposible. Si me comparaba con las vacas sagradas de sociales me iba a tirar al Río Arno (bueno, al Bordo de Xochiaca) y mejor no hacía nada.
Así que decidí simplemente ser yo y contar desde mi particular y chabacano punto de vista los latidos sociales de la Ciudad de México y su nuevo jet set. Iba a ser una narradora, simplemente; me puse a estudiar y entré al archivo histórico de El Universal, al que Jorge y Alejandro me autorizaban a entrar, para leer los ejemplares de 1917, de “El Universal Ilustrado”, con todo y mascarilla y guantes de látex.
En las crónicas sociales de entonces encontré cosas tan curiosas como: “La tamalada del día de la Candelaria con el presidente Carranza y su distinguida familia”, “La boda de la hija de la Condesa María de las Ángeles Cantón y Valle, realizado en su palacio de Balderas 65” –donde hoy, by the way, hay unas oficinas del metro–, o “El bautizo del nuevo heredero de la familia Mier y Terán en el hotel campestre San Ángel Inn”, colindados por anuncios como este: “Adquiera su nuevo Ford con Azcárraga e hijos”.
El estilo de redacción era exquisitamente cursi. Entonces, le entregué a Jorge dos propuestas para la columna, una bien empalagosa, tipo 1917, y otra moderna e irreverente. Le gustó esta última y así se quedó.
Le ofrecí también tres cabezas de columna y eligió “El Principado”, porque le recordaba a su “Duque de Tlaquepaque”, el cronista social del diario Siglo XXI de Guadalajara, que Jorge fundó, y en el que, por cierto, trabajó la Reina de España, Letizia Ortiz Rocasolano, plebeya y reportera por aquellos años noventeros.
El Principado de hoy
El 5 de noviembre del 2010 apareció por primera vez “El Principado” en la sección “Estilos” que dirigía Marisa Zannie, hoy editora de Suplementos Especiales del diario, con quien sigo colaborando y que también ha sido una gran maestra, sobre todo en moda e interiorismo.
La caballerosidad, el don de gente y la lealtad que siempre mostraron Páez y Zepeda Patterson conmigo y sus empleados, supera sus amplísimos talentos editoriales y creativos. En tantos años a su lado aprendí montones, porque son periodistas de verdad, no editores corporativistas carentes de oficio, olfato y entendimiento hacia el reportero, como hay muchos por ahí.
No volvimos a trabajar juntos porque la vida me llevó por el camino del lujo, pero siempre que nos vemos es con gusto y gran cariño. Les tengo un enorme respeto, admiración y agradecimiento, entre otras cosas, porque es culpa suya que exista este Principado que tanto quiero y con el que MasarykTV me dio la bienvenida y me hace tan feliz.
Como ven, ya me puse sentimental. Sniff, sniff. A otra cosa…
Jetsettera espiritual
Hablando de libros, les cuento que la encantadora Lilia Reyes Spíndola, presentó su primer libro “La vida es bella si la quieres ver bella”. Han de saber que Lilia es una de las verdaderas socialités de este país de la época jetsettera de los años 70.
Es prima de la primera actriz Patricia Reyes Spíndola y madre de la conductora de televisión Jimena Gallegos, quien estuvo apoyando a su mamá en el lanzamiento del libro, acompañada de su gran amiga Beatriz Pasquel. También acudieron las señoras Gaby Gómez de Parada, Ana Rita Tazzer y don Alejandro Carrillo Castro.
El escritor Antonio Velasco Piña, autor de “Regina”, fue el encargado de la presentación de esta obra, en la biblioteca de Fundación Miguel Alemán, en la que Lilia compartió importantes momentos de su vida.
Su obra se enfoca a un sentido optimista ante las adversidades y mostrar que nada es más fuerte que nosotros. Lilia fue una peregrina cercana a la Madre Teresa de Calcuta y ha trabajado desde hace muchos años en el bienestar holístico. Bajo el sello C.A., podrán encontrarlo en librerías especializadas, en La Casa del Libro y en la webpage de la autora http://www.liliareyesspindola.com.mx/
¡Nos leemos la próxima semana!
Mi Twitter @elprincipado