Los labiales rojos son y serán un icóno de sensualidad para cualquier mujer. Vendrán muchos tonos, pero el rojo siempre tendrá su lugar muy especial en lo más interior de tu belleza.
Dramático y atrevido, el rojo es un color que todavía muchas mujeres prefieren no usar.
Se dice que en el año 60 antes de Cristo, Cleopatra ideó una fórmula ‘mágica’ a base de huevos de hormiga y escamas de pescado, y hacía moler escarabajos carmín para obtener un tono rojo profundo.
La historia no terminó ahí, la Reina Victoria I en el Siglo XVI, también se mandaba a hacer sus labiales rojos con extractos vegetales se extraía el pigmento carmesí.
Para 1930 el labial rojo logró tener una entrada triunfal en la belleza, y una de las responsables de ello fue Elizabeth Arden, para que después se sumaran firmas como Christian Dior, Coco Chanel e Yves Saint Laurent, este último dijo alguna vez “Los zapatos de tacón son al porte lo que el rojo de los labios es al rostro”.
Los rojos son para más que para verse bien para sentirse bien. Es uno de los pocos colores en la belleza que posee una fuerza que va de adentro hacia fuera y que puede cambiar el porte de cualquier mujer que lo usa.
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