El péndulo de Galileo Galilei, el «medidor del tiempo» que supuso un punto de inflexión en la historia de la relojería e inició la era moderna, vuelve a latir gracias a Officine Panerai y su nuevo reloj de péndulo.
Se trata de una fiel reproducción del instrumento creado por Galileo para demostrar la ley del isocronismo de las pequeñas oscilaciones del péndulo. El descubrimiento de Galileo en el siglo XVII supuso una verdadera revolución, ya que, gracias a él, el desfase de los relojes disminuyó de varios minutos al día a unos pocos segundos. La rueda de escape diseñada por el científico toscano está considerada el primer escape libre de la Historia. El reloj de péndulo, auténtico prodigio técnico, tiene una importancia histórica excepcional y subraya el vínculo existente entre Galileo, Florencia, la ciencia y Officine Panerai.
La historia de la aplicación del péndulo a la medición del tiempo es larga y dolorosa: Galileo no pudo desarrollar la intuición que tuvo en 1641, puesto que se quedó prácticamente ciego, de modo que confió la realización del proyecto a su hijo Vincenzo. Galileo murió el año siguiente y el proyecto quedo aparcado durante años hasta que, en 1649, su hijo decidió completarlo. Un herrero se encargó de realizar la versión inicial del bastidor de hierro y las ruedas y engranajes y el propio Vincenzo Galilei cortó los dientes del escape. Por desgracia, Vincenzo también falleció al cabo de unos meses y el modelo, que aún estaba incompleto pero probablemente ya funcionaba, permaneció en el olvido durante un tiempo.
En 1659 Vincenzo Viviani, amigo y biógrafo de Galileo, recuperó el modelo a solicitud de Leopoldo de Médici y lo presentó al príncipe florentino, juntamente con un dibujo. Aunque todos los restos de la máquina han desaparecido, el dibujo sobrevive. Actualmente se conserva en Florencia e ilustra la estructura y el principio de funcionamiento de este instrumento, que dio forma física a la intuición que Galileo había tenido años antes, así como a la formulación de las leyes del isocronismo.
El reloj de péndulo se basa en el modelo realizado por el relojero florentino Eustachio Porcellotti en 1887 a partir de este dibujo original. Este modelo se conserva en el Museo Galileo de Florencia.
El espectacular nuevo reloj de Officine Panerai interpreta la obra de Porcellotti de manera prácticamente exacta. El reloj de péndulo tiene una altura de 35,6 cm, una anchura de 18,5 cm y una profundidad de 11,1 cm: las dimensiones de este reloj de mesa se corresponden con las indicadas en el dibujo original y se han confirmado mediante otras reconstrucciones fiables.
El bastidor consta de dos placas principales que no están hechas de acero como en el modelo original de Porcellotti, sino de latón bañado en níquel-paladio. Además, están unidas por travesaños situados en la parte superior e inferior, fijados al modo tradicional mediante clavijas cónicas.
El travesaño superior sostiene el escape y la suspensión del péndulo, mientras que el inferior conecta las partes inferiores de las placas del bastidor, que adoptan la forma de cuatro pies enroscados. Entre la base y la esfera se encuentra el barrilete, cuyo tambor contiene un muelle de 4,10 metros de longitud que da al reloj energía para ocho días. Para dar cuerda al reloj, hay que hacer girar el árbol de cuerda cuadrado con una llave. Sobre el centro del barrilete se encuentra instalado un trinquete con su correspondiente muelle para evitar que el reloj pierda cuerda. Más arriba figura la esfera con sus números romanos (al igual que en el modelo de 1887) y agujas lacadas en negro. Las ruedas, con sus dientes acabados a mano, el bisel que rodea a la esfera, el barrilete y el resto de detalles están bañados en oro.
La parte fundamental del reloj está formada por el péndulo regulador y el escape diseñados por Galileo. En concreto, se trata de una rueda de escape con 12 clavijas en el lado, 12 dientes cortados en el perímetro y tres palancas –una a la izquierda cuando uno mira al reloj y dos a la derecha. La palanca de la izquierda –la más larga, terminada en un gancho– es la de paro; las dos de la derecha, dispuestas como tijeras, son las palancas de liberación e impulso. Cuando la rueda se encuentra detenida, el péndulo no tiene ningún contacto con ella y, por este motivo, el dispositivo se denomina «escape libre».
El péndulo está formado por una varilla que finaliza en un peso conductor lenticular ovoide bañado en oro, debajo del cual se encuentra situado el tornillo que permite ajustar el periodo de oscilación. En el travesaño inferior hay un espacio para guardar la llave que permite dar cuerda al reloj.