1.- Nunca tiene tiempo. Cuando todos se divierten, ellos trabajan. Lo cocineros sí se saben divertir, pero no te sorprendas si quieren llevarte a un bar en lunes!
2.- No compitas. No se te ocurra cocinar frente a ellos porque muy probablemente saldrás regañado o regañada. Lo que para ti es picar cebolla para ellos es un “corte pluma o emincé”, “corte brunoise”, “corte juliana o ciselada”.
3.- No interfieras en su trabajo. Si vas a caerle a su lugar de trabajo ni se te ocurra tratarlo como si estuvieras en tu casa. Los cocineros odian que mientras tu estás con tus amigas comiendo en su restaurante le pidas cosas especiales como “ponle aquí” “quítale alla” o “ven mi amor, cuéntales sobre la boda”.
4.- No te metas con sus cuchillos. Para un chef sus cuchillos son como tus cosméticos, “nadie los toca, nadie los usa”. Si piensas que el cuchillo largo y delgado es para cortar “lo que sea” para ellos le estás quitando el filo.
5.- Te dejan bien con tus amigas. Un esposo cocinero siempre será envidiado por tus amigas, ellos no sólo se encargan de lucirse en las cenas o comidas con amigos, también dejan impecable la cocina, levantan platos y sirven.
6.- Las suegras aman a los cocineros. Pocas suegras son afortunadas en compartir sus secretos de cocina. Ellos siempre valoran su trabajo, piden tips, comparten recetas y recetarios, y le ayudan en lo que sea necesario.
7.- Aman su trabajo. Si hay alguien que ama su trabajo son los cocineros, su pasión por la cocina es infinita y el estrés es la pimienta de su vida.
Si te casas con un cocinero, sé paciente, el nunca estará en las reuniones familiares o comerá contigo los fines de semana, no podrá llevarte al cine o de compras, pero estarás con un hombre que le apasiona su trabajo y que te dará amor con sus habilidades gastronómicas.