Este año en la capital de Bélgica, Bruselas, se llevará a cabo una celebración conocida como Brusselicious, un homenaje a la gastronomía en la cual el chocolate será el centro de atención. Del 19 al 25 noviembre será la semana de rutas temáticas, visitas a talleres, sesiones de degustación con los fabricantes de chocolate, platos en los restaurantes en la cual Bruselas, sí, sabrá más a chocolate que nunca, aunque la ruta dulce puede realizarse en cualquier momento del año.
No dejen de visitar el grandioso Museo del Cacao y el Chocolate, para empezar este recorrido. Este museo se encuentra en la Rue de la Tête d’or 9-11, que para los amantes como yo del chocolate es una deliciosa experiencia. Conocerás todas las sutilezas de este producto que gracias al pasado colonial de este pequeño reino se ha convertido en una de sus señas de identidad, como las papas fritas y los mejillones o la cerveza.
Pero si de verdad quieres saber lo que significa el chocolate para Bruselas, lo mejor es acercarse hasta la plaza del Sablón, uno de los rincones más bonitos de la ciudad, en el que las chocolaterías compiten por ganarse la clientela a base de calidad y sofisticación. Los gustos y las combinaciones de los bombones son infinitas, por ejemplo entra a la chocolatería de Laurent Gerbaud, que ha llegado después de una experiencia con especies y mezclas exóticas en China.
Después de ver la estatua a Godofredo de Bouillon, el cruzado y primer rey de Jerusalén, el trayecto hasta el Sablón pasa por el Museo de Bellas Artes, el Margrite, el conservatorio y el Palacio de Justicia. La Iglesia del Sablon marca la llegada a la plaza donde los domingos se celebra uno de los mercados más bonitos de toda Europa para aquellos amantes de las antigüedades y rarezas en general.
Pero es en esta zona, en la parte más baja de la plaza, donde se encuentra la mayor concentración de chocolateros de prestigio de Europa. La casa Marcolini, con su sorprendente segundo piso, que muestra los bombones y sus creaciones de pastelería como si fuera una joyería de lujo. Neuhaus, garantía de calidad, enfrente de Godiva, el clásico Wittamer, proveedor de la corte belga, el más popular Léonidas, cuyas boutiques han abierto hasta en las estaciones de metro o Passion Chocolat, una pequeña marca de gran reputación en el barrio de Etterbeek, pero ha querido dar el gran salto a la que se considera como la “plaza Vendome” del chocolate.