En este artículo queremos presentarte una experiencia única que podrás conocer en tus próximas vacaciones si decides elegir como destino la Columbia Británica. El viaje inicia desde que te subes a un hidroavión, en Vancouver y desciendes en un diminuto muelle donde se encuentra el Clayoquot Wilderness Resort, en la costa oeste de la isla de Vancouver. El escenario es un territorio casi virgen, Reserva de la Biosfera, con parques que abarcan hasta 300.000 hectáreas e incluyen árboles de más de 400 años, ríos poblados de salmones salvajes y más de un centenar de islotes.
John y Adele Caton, fundadores del resort, hace 20 años tuvieron una gran idea. Querían reproducir la experiencia de los buscadores de oro del siglo XIX y sus campamentos en el mítico Adirondack, el macizo montañoso del noreste de Estados Unidos. Soñaban con crear un paraíso con caballos, trineos de perros, pesca en el hielo, gastronomía gourmet y mucho confort.
Ocultas en una de las pocas selvas tropicales templadas del planeta, sus 20 tiendas de lona parecen una bendición: pacificas, estéticas y respetuosas con el medio ambiente. Alcanzan un nivel de confort inesperado para un escenario salvaje como éste. Decoradas con alfombras persas y muebles del siglo XIX, están orientadas hacia un hermoso lago e incluyen suntuosos cuartos de baño interiores con suelos radiantes, estufas de madera con termostato, antiguos tocadores, lámparas de aceite y mesitas de té. No esperen el zumbido de los televisores ni el repiqueteo de los teléfonos. Las únicas líneas disponibles son las que comunican con la guardia costera y el móvil de emergencia de la recepción.
Este sorprendente campamento safari organiza cursos de conservación medioambiental. Su innovadora planta de tratamiento de aguas o su reiterada inversión en las riquezas naturales de la zona (un 3% se añade a cada factura para ayudar a la restauración del hábitat del salmón, la supervivencia de los osos, la rehabilitación de rapaces o la alimentación de las ballenas). Sus actividades están directamente relacionadas con su filosofía. Un ejemplo de ello, volar sobre el mar en una lancha rápida y entras en contacto con leones marinos, ballenas grises y ocasionalmente orcas. Paseos a caballo como un jinete experto a través de la selva, deambular por los valles que acompañan al río, pedaleamos entre las rocas y avistar poblaciones de osos negros (hay unos 40 en la zona). En caso de un encuentro fortuito, hay que bajar la mirada y retroceder como los cangrejos, es decir, con pasos laterales. Te puedes topar con Freedom Cove, el hogar flotante de Wayne y Catherine Adams, hippies famosos en los canales americanos por su existencia basada en la energía solar y el cultivo de legumbres.
Otra de las grandes experiencias que puedes disfrutar en esta escapada es degustar las delicias gastronómicas del chef Ryan Orr, quien sigue el principio de la cocina natural moderna, con la certeza de que «los ingredientes de los granjeros de la isla pueden rivalizar con los mejores productos de Europa». En su menú, delicias como cangrejos Dungeness, salmón a la brasa, sopa de ostras asadas y rollitos de jamón con filetes de mero.
Más info: El resort ofrece paseos a caballo, kayaks, senderismo, pesca, avistamiento de osos, pájaros y ballenas, ciclismo de montaña, escalada, tiro con arco y rifle.
Abierto de mayo a septiembre.
Reservas a través de: www.wildretreat.com