El extinto Gianni Versace, uno de los grandes diseñadores italianos, consiguió expandir su sofisticado y barroco estilo a todos los rincones del hogar. Plasmó su personalidad en una multiplicidad de objetos, desde cojines hasta copas.
En 1992 creó su primera pieza de vajilla, y para ello le encargó a la firma Rosenthal para que la produjera. Hoy, a 20 años, la casa alemana ha lanzado una edición limitada con una veintena de icónicos platos, uno por cada año, que representan un viaje a través del tiempo, el espacio, las culturas y los mitos. En la colección, como no podía ser de otra manera, hay una pieza de la emblemática serie “Medusa” (1993).
También, hay una pieza de la colección titulada “Barocco” (1994), un diseño decorado con volutas que ha contribuido a engrosar la larga lista de éxitos de la compañía; y de “Vanity” (2006), donde destacan el azul y el dorado. De 2010 hay una pieza de la colección “El sueño bizantino”, ideada por Donatella Versace, heredera del estilo excesivo de su hermano. El plato tiene los opulentos motivos barrocos de la casa y los símbolos icónicos del arte medieval. La ostentación está servida.
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