El péndulo Atmos se encuentra íntimamente ligado al tiempo. Por su mecanismo, que se alimenta de las variaciones de temperatura. Por su estilo, que cruza las épocas con una calma olímpica desde hace más de 80 años. Sólo las lentas oscilaciones de su volante anular y el movimiento de sus agujas recuerdan que la hora sigue innegablemente su curso… Una nueva creación sublima el espíritu de la colección cuyo mecanismo casi perpetuo permanece como una verdadera proeza hasta hoy en día. La reedición de un péndulo que data de 1934.
En 1928, el ingeniero Jean-Léon Reutter desafía las leyes de la física concibiendo un movimiento de relojería que funcionaba a través de los siglos sin desgaste y sin necesitar ninguna intervención exterior. Desafiado por este invento revolucionario, Jaeger-LeCoultre le proporcionó los conocimientos técnicos de la Manufactura para realizar el mecanismo y asegurar su desarrollo. Nace el péndulo Atmos.
Hoy en día, a pesar de beneficiarse de constantes perfeccionamientos, el principio sigue siendo idéntico: las variaciones de temperatura son las que proporcionan la energía necesaria para el funcionamiento del péndulo. El secreto: una cápsula hermética que contiene una mezcla de gases – teniendo su origen en el mercurio – que se dilata cuando la temperatura aumenta y se contrae cuando disminuye. Asociada al resorte de impulso del péndulo, la capsula funciona como un pulmón mecánico donde la respiración carga el barrilete al ritmo de las fluctuaciones atmosféricas. La variación de un grado Celsius hace la diferencia, garantizando una reserva de marcha de 48 horas. Su volante anular demuestra una economía ejemplar: oscila dos veces por minuto, consumiendo 250 veces menos energía que un reloj de pulsera clásico, que necesita un mínimo de 300 oscilaciones por minuto. Un mecanismo ecológico vanguardista tan parsimonioso que serían necesarios 60millones de Atmos para igualar el consumo de una bombilla eléctrica de 15 vatios.
A esta proeza técnica le corresponde un diseño inspirado en el aire del tiempo. Jaeger-LeCoultre supo hacer evolucionar la colección Atmos con una gran fuerza estética. Cada modelo combina sabiamente funcionalidad y estilo, otorgando a la instrumentación del tiempo una dimensión emocional y cultural.
Esta novedad pone de relieve la odisea Atmos con espectaculares gabinetes de vidrio o de cristal dondese mezcla el arte, el diseño y el savoir-faire de la Manufactura.
El péndulo Atmos será una de las piezas que se exhibirán en el Salón Internacional Alta Relojería México 2012.