La moda amplía horizontes y hoy en día las firmas de moda ya no son solo boutiques que venden trajes de firma, ni solo es el diseñador, la estrella. Vemos como los creadores amplían su mercado, desde los perfumes con su nombre, los uniformes de los deportistas olímpicos, hasta botellas de agua y refrescos.
La moda también es arte, y los diseñadores apuestan por los hoteles y han comenzado una tendencia que cada vez hace que más casas de moda se apunten. Vender su lifestyle es una de sus estrategias, y que mejor que reflejarlo en sus hoteles personalizados.
Por ejemplo, el caso del Hotel de Giorgio Armani en Milán, la Via A. Manzoni es uno de los más conocidos dentro del mundo de la moda. Una de sus particularidades es que tiene una cafetera Nespresso en la habitación para disfrutar de un buen capuccino. Un hotel de lujo que se impregna de la elegancia de Armani. Además, el diseñador italiano ha tenido tanto éxito que ya tiene una segunda sede en la torre más alta del mundo en Dubai.
La Casa Martin Margiela, también tiene su propio hotel en la capital francesa. Se ubica en la mismísima Champs Élysees y el inmueble es un palacete, la Casa de los Centraliens. Sus espacios refinados y elegantes mezclados con el minimalismo de su mobiliario y colores hacen de este hotel un lugar único que mezcla moda y confort muy exclusiva.
Bvlgari tiene su propia marca hotelera, Bvlgari Resorts & Hotels, y cuenta con varios en otras partes del mundo. Desde Milán a Bali, y una reciente apertura en Londres. En Tokyo tiene hasta su propio restaurante. En general sus hoteles se caracterizan por tener habitaciones a las que no les falta ni un solo detalle, como las velas perfumadas y las flores frescas. El hotel de Milán se encuentra cerca de las grandes firmas, en una calle privada entre Via Montenapoleone – la calle de las compras- , Via della Spiga, La Scala y la famosa Accademia di Brera. El hotel balinés se encuentra en pleno acantilado de Uluwatu, entre sus lujosas ameneties te obsequian una bolsa de playa y un sombrero firmado por la marca de joyas.
En Saint Tropez, LVMH se ha hecho cargo del Hotel White 1921, aunque solo durante un tiempo limitado. Este pequeño hotelito de apenas ocho habitaciones y suites completamente minimalistas en su decoración. Habitaciones blancas con flores blancas perfumadas, con toques románticos. Alguna de sus suites cuentan con maravillosas vistas a la Places des Lices, gracias a su terraza. Habitaciones luminosas que se mezclan con el estilo chic del diseñador de la casa, Jean Michel Willmotte.
Milán, capital de la moda por excelencia, no podía faltarle un diseñador que tuviera un hotel en esta ciudad. Es el caso del Hotel Moschino, en la Viale Monte Grappa. Es un edificio neoclásico que tiempos atrás albergó una antigua estación de tren. La moda se fusiona con la decoración creando ambientes extravagantes que hacen de este hotel absolutamente especial. Habitaciones que tienen nombres peculiares como la Alice’s Room, cuya mesa de café está realizada con un pie con forma de taza gigante, la Zzzzzzzzzzzzz cuya onomatopeya se dispersa por toda la pared y el techo. Aunque tenemos un habitante un poco especial, ya que una mosca gigante reina en el techo sobre nuestras cabezas. La habitación Life is a Bed of Roses es digna de señalar, aunque con su título deja poco a la imaginación del cliente. La habitación Little Red Riding Hood nos recibe con un lobo de peluche realizado con la misma tela de la colcha, aunque la Sweet Room sin duda impresionará por sus cojines con formas de dulces. Aunque sin duda, si hablamos de moda, no pueden faltar la habitaciones Sleeping in a Ballgown.
La marca mallorquina Camper también se ha apuntado a esta moda y ha abierto dos hoteles que llevan su firma, uno en Barcelona y otro en Berlín. Habitaciones que contienen hamacas colgadas de las parejas para poder relajarnos, bicicletas colgadas del techo decorativas, el rojo característico de Camper empapando las paredes y una decoración moderna, señales de identidad de la marca.