Es una de las mujeres más delgadas del mundo de la farándula y cada vez está más peor delgada. Tal es así, que, a medida que pasa el tiempo el rostro de Victoria Beckham empieza a cambiar notablemente.
Lo cierto es que aunque ella lo negó durante mucho tiempo, finalmente admitió que sí estuvo obsesionada con su apariencia. En su autobiografía, ‘Learning to Fly‘, lanzada en septiembre pasado, reconoció que cuando iba al gimnasio, más que preocuparse por sus rutinas, se la pasaba viéndose en el espejo para detectar si acaso tenía un trasero muy grande.
Además, en el libro también aseguró que ya había superado esa etapa, y que su delgadez era producto de que se alimentaba sanamente. Sin embargo, en sus últimas apariciones públicas la británica ha lucido otra vez excesivamente flaca, lo cual se evidencia sobre todo en su rostro, que se ve huesudo.
«Tiene pómulos prominentes, pero se notan mucho más debido a la pérdida de grasa en el área bucal (entre los pómulos y la mandíbula). «Todos perdemos volumen en esa área conforme avanza la edad, pero en su caso también influye el hecho de que está malnutrida», explicó a The Guardian la cirujana plástica Angelica Kavouni, de la clínica británica Harley Street’s Cosmetic Solutions.