Christian Dior presentó, como una continuación natural de su pasarela de alta costura, la nueva colección de joyería de ensueño, inspirada en el baile.
Las joyas tomaron uno de los extremos del jardín del Museo Rodin, en una sala circular donde sólo podían verse doce cavidades iluminadas por creaciones de oro blanco, diamantes amarillos, naranjas, marrones o blancos, rubíes, zafiros, turmalinas, granates, ópalos y por supuesto esmeraldas.
Sin embargo, la música muy alta y los colores primarios no fueron suficientes para que la ausencia de John Galliano no se hiciera notar. El diseñador perdió su empleo en marzo, cuando se hicieron públicos una catarata de insultos antisemitas proferidos contra una pareja en un bar parisino.
Recordemos que desde 1997, el diseñador estaba al frente de la dirección creativa de las colecciones de la casa francesa. Siempre se destacó por sus innovadoras ideas y por la unicidad de los temas que elegía, contrastando con el eclecticismo anárquico que lucieron los modelos en el desfile realizado este lunes en París.
Nuevos colaboradores como Bill Gayten y Suzanna Venegas se hicieron cargo temporalmente, y decidieron presentar cinco colecciones en una sola noche. La reacción de los críticos y diseñadores fue muy negativa, señalando la evidente falta de una cabeza que marque un rumbo claro.