Toda la realeza estaba convocada este sábado a la boda de la última heredera soltera de Europa, Victoria de Suecia. El sueño de la joven princesa por fin se ha cumplido y tras ocho años de noviazgo marcado por los inconvenientes que puso el Rey Carlos Gustavo hacia Daniel Westling, la pareja se ha casado.
La novia llegaba a la catedral de San Nicolás, en Estocolmo, acompañada de su padre, el Rey Carlos Gustavo de Suecia. El secreto mejor guardado de cualquier boda se desvelaba en ese momento: el vestido de la novia era blanco perla y de terciopelo. En lo últimos días, los rumores apuntaban a que Victoria luciría un vestido de manga larga debido al cambiante tiempo sueco, aunque finalmente ha escogido uno de manga corta.
Una hora antes del comienzo del enlace, se pudo vivir un autentico desfile de miembros de casas reales y personajes de la sociedad sueca, que muy puntuales se fueron acercando a la catedral.
Los únicos monarcas que estuvieron ausentes en esta boda real, fueron el Rey Juan Carlos de Borbón de España y la Reina Isabel de Inglaterra.
La pareja que se ha casado ante más de 1.200 invitados en una ceremonia en la que el novio ha llegado a emocionarse. Tras la boda, todos los invitados se han dirigido al Palacio Real de Estocolmo, donde se celebra el banquete. Los novios han recorrido la capital sueca en una carroza descubierta saludando a la multitud que ha salido a las calles para ser testigo del primer enlace Real sueco del siglo XXI.