Pocos tienen la suerte de que el día de su boda canten para sus invitados Maná y Paulina Rubio. Cristina Hidalgo, hija del presidente de Globalia, y Javier Fernández se cuentan entre esos pocos afortunados.
Su boda ha sido el gran acontecimiento social de esta última semana, una fiesta por todo lo alto a la que han asistido ochocientos invitados entre los que nos han faltado destacados empresarios, cantantes, modelos, actrices, conocidos periodistas y jueces.
El enlace tuvo lugar en la finca El jardín de Oñate de Aranjuez y el primero en llegar fue Javier, hermano de la novia, junto a sus amigos Nicolás Vallejo Nágera y Paulina Rubio.
Cristina, directora de Marketing de Globalia, llegó del brazo de su padre y padrino cuando el novio ya la esperaba frente al altar. La novia eligió para el día de su boda un vestido de alta costura palabra de honor de línea forreau confeccionado en seda natural en color blanco cera creado por Manuel Mota para Pronovias. El vestido de estilo sirena por delante se convertía en una espectacular cola de talle alto de tres metros de longitud en la parte posterior. El vestido ha sido laboriosamente calado, incrustando a mano encaje rebrodé dibujando guirnaldas y motivos de flores.
Paz Vega acudió con su marido, Orson Salazar, luciendo un vestido corto de Hannibal Laguna aunque la mayoría de las invitadas prefirieron vestidos largos. La única que optó por pantalones fue Laura Ponte que llegó con su marido, Beltrán Gómez-Acebo. El presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo y el entrenador de la selección españoal de futbol, Vicente del Bosque, pusieron el toque futbolero.