El artista mexicano Alejandro Grande tuvo el gusto de develar su obra llamada “Diosa Altanera” la cual se encuentra dentro del nuevo restaurante Altanera que recientemente abrió sus puertas en uno de los espacios más trendy de la colonia Roma, y que cuenta con un concepto de cocina mexicana de autor, el cuál se encuentra a cargo de la reconocida chef Lula Martín del Campo.
Alejandro Grande desarrolló un concepto a partir de lo mexicano y lo contemporáneo, ya que decidió tomar como punto de partida el nombre del espacio “ALTANERA” para crear una pieza artística que habla a nivel simbólico de los valores conceptuales de este nuevo recinto gastronómico que celebra a México y sus raíces.
Utilizando el nombre del lugar para encontrar una DIOSA, se inspiró en dos diferentes deidades prehispánicas: Xochiquetzal y Tlazelteotl; diosas que representan diferentes atributos de lo femenino. los cuales en contraste, describen perfecto la esencia de la diosa “ALTANERA”.
Xochiquetzal es la diosa de la belleza, las flores, el amor, el placer, las artes, la pasión amorosa y la fuerza femenina; mientras que Tlazelteotl, diosa de la dualidad, representa la muerte y resurrección, una importante deidad con la fuerza suficiente para transmitir el placer y el origen de la vida, con la paz, el descanso y la resiliencia que nos enseña la muerte.
“LA ALTANERA”, es una DIOSA que cuida nuestro espacio, fuerte y deshinibida, guardiana y protectora, fuerza femenina en equilibrio con una gran belleza, a la vez valiente y poderosa, representandose a través de sus materiales y formas en el México prehispánico, Alejandro utilizó canteras, formas irregulares y procesos artesanales para la elaboración de la misma.
Las 4 esquinas representan los 4 puntos cardinales y los 4 elementos: tierra, agua, fuego y viento. Son las fuerzas que rigen el mundo físico en la tierra. Ellos fungen como guardianes de la diosa. Es por ello que la fuerza femenina de la Diosa Altanera es la que crea la vida y el nacimiento de un nuevo ser. Los círculos que se encuentran en la pieza incrustados representan el universo y la cosmovisión de los temas prehispánicos para el artista.