Luego de 33 años, el volcán Wolf, en las islas Galápagos, entró en erupción, lo que hizo saltar las alarmas entre los responsables de la seguridad de la zona y puso en alerta a científicos por el riesgo que implica para las especies de la zona.
Claro que también ha sido un elemento que intentan utilizar las compañías vinculadas al turismo, que ofrecen ya cruceros para ser testigos del espectáculo natural.
Así, pasajeros de al menos 70 barcos, que navegan por zonas aledañas, podrán presenciar su erupción, algo que no podrá ser observado por los turistas que lleguen al centro de Puerto Villamil, la zona con población más cerca, a unos 115 kilómetros al sur de la isla Isabela, señala El Comercio en su sitio web.
En un viaje de al menos un día puede llegarse a la zona cercana al Parque Nacional Galápagos (DPNG), que el año pasado fue visitado por más de 200 mil turistas, de los cuales un 35 por ciento estuvo en cruceros navegables.
En este volcán está asentada la única población de iguanas rosadas del mundo, compartiendo el hábitat con iguanas amarillas y las tortugas gigantes Chelonoidis becky, sobre el flanco noroeste del archipiélago, por lo que se espera que no se vean afectadas.