Originaria de Mexicali, la joven diseñadora Ana Bárbara Núñez siempre supo que necesitaba expresarse y que la comunicación no estaba solamente en hablar o escribir, sino en crear formas quiméricas, esculturas en miniatura, específicamente, joyas.
Estudió Ciencias de la Comunicación en la Ibero, “porque no existía entonces la carrera de diseño en joyas”, dice, entre risas, en un restaurante de la Condesa, donde nos hemos reunido para conocer su nueva colección del 2015.
El camino a la creatividad
Desde los días universitarios, Ana ya esbozaba lo que serían sus joyas, “eran pequeñas esculturas, y cuando las vi, supe que quería ponerlas en mi cuello, en mis manos. Así que decidí estudiar joyería”, entonces, la recién creada universidad Centro, abrió el tan deseado curso de diseño industrial, enfocado a la moda.
Con la preparación que necesitaba se embarcó a Milán, al prestigiado Istituto Europeo di Disegno, donde aprendió al arte de la creación joyera, “y a partir de ahí no he parado de trabajar”.
Su primer experimento fue vender las creaciones entre sus amigas, después, en su Facebook, “y eventualmente logré convertirla en una marca”.
Actualmente, se vende en las boutiques Par La Roy en Monterrey; Defactory en Guadalajara; Kus Kus en Puebla, Cañamiel y Mike Salas en la Ciudad de México y en varias webpages de moda como Cool Market, “también estaré en la próxima boutique que abrirán Michelle y Chantal Torres”.
La idea de la diseñadora es vender en tiendas exclusivas, “no pretendo hacerla una marca masiva, no me interesa; creo que las clientas que buscan una joya Lola Bassó la quieren por ser única, porque saben que no lo van a traer veinte chicas más en el mismo lugar”.
Las colecciones de Lola
Ana, quien también prefiere ser llamada Lola, como su marca, utiliza oro, plata y piedras preciosas y semi preciosas, desde esmeraldas, rubíes y perlas, hasta cuarzos y citrinas, que elige personalmente, “nunca hay una joya igual a otra”, dice sobre sus piedras y metales, con las que arma combinaciones espectaculares.
“Amo ir al Centro Joyero, siempre me encontrarás ahí con mis proveedores, que son los mejores de la ciudad”, nos cuenta la entusiasta Lola, quien nos muestra el anillo “Julieta”, una pequeña argolla con “hojas” y que llega apenas a la segunda falange del dedo, como dicta la moda. Hay un arete de la misma colección es una rama que va prensada al hélix de la oreja. Ambas de oro.
También tiene anillos con perla, ya sea blanca, rosa o negra, con cuarzo en rosa o púrpura, en oro (algunos clásicos y otros con una garrita engarzando a la perla), y a juego, la hermosa gargantilla con la perla uniendo el collar, y el cuarzo, cual gota, engarzado en oro. “Puedes combinar las joyas como quieras, perlas con hojas, por ejemplo”.
Otra de sus colecciones son los caballitos de mar, las arañas y las serpientes, ya sea como anillos, collares o brazaletes, siempre con una piedra preciosa como parte del cuerpo de los bellos bichitos que diseña.
Transparencia en accesorios
Ahora, que no sólo las joyas son parte de su trabajo, algo que siempre le preguntaban sus clientas era cuándo lanzaría otros accesorios, “y así nacieron las clutches”.
Son de acrílico y están decoradas con divertidos dibujos, como el ojo solitario, un diseño que ya se ha vuelto un must en la obra joyera de Lola; de hecho, fue convocada para realizar una joya especial con motivo de los 25 años de la revista Marie Claire y fue un ojo-joya.
Hablando de revistas de moda, la presencia de Lola Bassó en las portadas y sesiones de moda de las modelos internacionales y actrices hot de México, es cada vez más habitual, “las clientas y las editoras han respondido muy bien a la marca, les gusta, les provoca emoción”.
No por ello Lola siente que compita con sus colegas joyeras, al contrario, “la industria crece si todas nos apoyamos”, por eso, es admiradora y amiga de muchas de ellas, como Daniela Villegas, quien es un ejemplo de cómo las marcas mexicanas pueden llegar lejos, “sin perder su exclusividad”.
Con esa premisa bajo el brazo, Lola Bassó ha encontrado un nicho que busca sus piezas, y muchas veces, piden trabajos personalizados “siempre dentro de mi estilo, puedo poner una piedra por otra, pero no cambio”.
Foto: Gabriella Morales Casas y Ana Bárbara Núñez
Lola Bassó aba el contacto con las clientas y los joyeros, “creo que ese es el secreto de la marca, ser detallista y atenta”, concluye esta joven talento.
Síguela en
Twitter: @lolabassojoyas
Facebook: Lola Bassó
Mail: lolabassojoyería@gmail.