Ngo Dü. Día de Muertos en Cruz Blanca, Ixhuatlán de Madero, Veracruz es el nombre de la ofrenda instalada en el patio central del Museo Nacional de Antropología, colocada por 33 integrantes de esa comunidad otomí en el interior de una vivienda de tamaño real que se creó para la ocasión.
¿Cómo se realiza una ofrenda otomí?
• Una ofrenda otomí como esta, tiene frutas, como plátano, limas, naranjas, camotes llamados perritos que sólo se dan en esa región, chayotes, yuca que se prepara en conserva con dulce hecho con piloncillo, elaborado en la comunidad, calabazas, pipitorias (dulces de leche) y chocolate en atole. Además de tamales y mole.
• Las imágenes religiosas, entre ellas de la Virgen de Guadalupe, se colocan bajo un arco hecho de otates (varas para armar la curvatura), jonote y palo de anona pepecocka, forrado con flores de cempasúchil y terciopelo. La arcada da la bienvenida a los difuntos y está colocada en la cúspide del altar como una suerte de portal entre los dos mundos: el de los vivos y el de los muertos.
• Para esta comunidad es de relevancia contar con retratos o efigies de santos y vírgenes en el altar de muertos, porque con ellos se sacraliza el espacio, ya que piensan que sus difuntos viven con estas entidades.
• Afuera de la casa, se instala una pequeña mesa con algunos elementos del altar, como fruta, ceras o vasos con agua. Algo muy sencillo, para los difuntos que no tienen dónde llegar.
• La Ngo Dü (Fiesta de Muertos) se realiza del 31 de octubre al 2 de noviembre, pero en Cruz Blanca el 18 de octubre —día de San Lucas— se recuerda a los que murieron de forma violenta, y aunque el retorno de estos difuntos es temido por la carga emocional y espiritual de su fallecimiento, se deben realizar los mismos rituales que, sin amenazar la integridad de los vivos al interior del casa, permitan satisfacer las necesidades de los ancestros que regresan.
• A los familiares fallecidos se les hace un camino con pétalos de cempasúchil, cáscaras de cacao y pepita o pipián, que inicia desde el camino principal de su calle hasta la puerta de la casa donde está la ofrenda, de ahí al hogar del fallecido (si está cerca), para demostrarles que la ofrenda está lista.
• A través del aroma del cempasúchil, los difuntos identifican el camino que los llevará de vuelta a su casa. Para “materializarlos” se colocan sus fotografías en el altar. Completan la ofrenda panes de dulce, velas o ceras, bebidas, como cerveza, aguardiente de caña, refrescos, aguas de frutas, así como otros alimentos que también fueron elaborados con las antiguas técnicas culinarias como la molienda de los chiles para los moles y tamales en el metate.
• Para los otomíes del norte de Veracruz, el mundo está dividido en dos partes: la superior, en la que habitan los hombres y está regido por el Sol, y la inferior, el inframundo, lugar de los dioses y seres inmortales, pero también de quienes han fallecido, que se convierten en ancestros para retornar al mundo de los vivos y nuevamente convivir con ellos el Día de Muertos.
La ofrenda otomí Ngo Dü. Día de Muertos en Cruz Blanca, Ixhuatlán de Madero, Veracruz permanecerá hasta el 9 de noviembre de 2014, en el patio central del MNA, Reforma y Gandhi s/n, colonia Chapultepec Polanco. Horarios: martes a domingo de 9:00 a 19:00 horas.