Renació el MBFWM con el desfile de Adolfo Domínguez, que causó sensación, no es para menos, hacía mucho que no venía un diseñador de esa categoría al mexican Fashion Week.
Antes de su desfile estuve con él y sus dos hijas Valeria y Adriana en la boutique, así que pudimos platicar largo y tendido. Adriana es la mayor, lleva el sector de perfumería, pero antes era actriz y salió ente la película “El Puente de San Luis Rey”, con Robert De Niro y Harvey Keitel, y en una B-movie llamada “La llorona”, una co producción México-EUA donde Adriana sale de la madre de un niño al que la Llorona persigue hasta Nueva York.
Dejó la actuación hace seis años, que está en la marca, y hasta nuevo aviso. Su boda, en 2011, con el empresario (y mega aristócrata) José María López-Agulló Willis-Fleming fue todo un acontecimiento en España por tratarse de una de las chicas más hot de la escena social.
Valeria es la niña sandwich, directora de e-commerce y de redes sociales. Es muy corporativa y no lleva una vida tan unida al reflector; pasó muchos años en Estados Unidos trabajando en markeitng digital y ahora lo hace en la empresa familiar. No está casada.
La menor es Tiziana, de 27 años, que está casada con el consultor político Juan Verde, quien trabajó en la campaña de reelección de Barack Obama en la mismísima Casa Blanca. Tienen una nenita. Tiziana es pintora (en el nombre lleva el destino…) y es directora artística de la marca U y la más mediática de las tres. Fue la única que faltó.
Por cierto, que la marca española Bimba & Lola pertenece a las sobrinas de Adolfo Domínguez, María y Uxia. Vaya que son una familia de moda (qué mal chiste, lo sé).
Palacio Querétaro y Don Manuel Méndez
Hablando de firmas de alto rango, ayer se ianuguró El Palacio de Hierro Querétaro, el más grande y moderno de todos. Ya les contaré todos los chismes jugosos la próxima semana, pero les adelanto que cerca de 3 mil personas pudieron apreciar el nuevo inmueble creado por Javier Sordo Madaleno.
Una de las novedades con las que abrirá la enorme departamental que deslumbra desde la carretera, será la exposición «125 años de moda», que el año pasado disfrutamos en EPH del Centro Histórico, y que contará con un capítulo especial sobre el trabajo del recientemente fallecido modisto Manuel Méndez.
Decía el crítico de moda Alejandro Brofft que México le quedó a deber reconocimiento a su diseñador más consagrado, quien hizo historia en El Palacio de Hierro con clientas como Dolores del Río y María Félix.
Ciertamente, nuestra poca cultura del diseño en moda nacional nos ha hecho olvidar que personas como él o Madame Rostan, pionera de diseño en la propia departamental, fueron quienes vestían a la clase alta y aristocracia del país, antes de que pudiéramos comprar CH o Armani en la misma tienda.
Los reyes del punto y el rebordado
Yo recuerdo particularmente al rey del punto, César Franco, de quien mi mamá tenía toda una colección de suéteres y faldas ochenteras de mucha calidad. Todavía se presentó en un MBFWM en 2010.
La marca Sweaters de México S.A. de C.V. César Franco desapareció y ya no es posible encontrarla, aun cuando su fábrica aparece registrada en la Cámara de Comercio Mexicana. Su hija, la diseñadora Gabriela Franco, no encontró la forma de sostener la marca de su padre, aunque ella sigue trabajando.
Último desfile de César Franco en Mercedes Fashion, 2010:
Otro grande de la moda mexicana fue Pedro Loredo, quien murió en 2013, y que fue, quizás, el diseñador más logrado internacionalmente desde los años 60 hasta los 80, que fue su gran boom.
El hijo de Don Pedro, Pedro junior, sí ha logrado mantener el legado de su padre en el showroom en Salamanca 71, frente a El Palacio de Hierro Durango, donde se hacen vestidos haute couture, y al lado, discretamente, en un local poco glamoroso pero muy digno, se halla la boutique de trajes sastres, exclusivamente.
La herencia de los diseñadores mexicanos que se convirtieron en todo un clásico del Palacio la heredó, en mi opinión, Carlo Demichelis, quien también conoció el éxito ochentero, pero que ha evolucionado con las tendencias y vende como nadie en la Palacio, entre otras cosas, porque es accesible en costos.
El bar del licenciado
La otra boutique de la época fue Pardueles, que si bien era independiente y no estaba dentro de EPH, también les competía a los diseñadores nacionales en cuanto a ropa formal. La tienda se mantuvo abierta hasta bien entrada la década del 2000, pero en 2007 cerró definitivamente.
Lo que más recuerdan los clientes de la época es que cada boutique Pardueles (había dos en Perisur, cómo olvidarlas), tenia un bar en el que te ofrecían un aperitivo en medio de tu shopping. Así como lo leeeeen, queridos.
La idea era que mientras la señora sangraba la tarjeta de crédito de su marido, este se postrara en el bar y se echara un jaibolito (tan de moda a finales de los 70), para hacer la circunstancia más llevadera. Recuerdo haber pasado varias tardes con este escenario, allá por 1984.
De hecho, conservo un vestido de lana divino en mi colección vintage, que fue de los últimos que fabricó Pardueles; yo también pedía, no mi jaibol, sino un Cosmopolitan de manzana. ¿Por qué no retoman esa elegante y apetecible costumbre algunas boutiques contemporáneas? Jejejeje.
A lo Catalina Creel
Suspiro de nostalgia… (por ambas cosas). Creo que si hay una marca que ha tomado ese mercado de mujeres sofisticadas y ejecutivas de alto perfil ha sido, precisamente, Adolfo Domínguez. Ojalá nazca una firma de diseño mexicano que llegue a esos estándares en el futuro.
Si quieren ver algunos de los modelos de Franco y Loredo en movimiento, porque en vivo ya no se va a poder, denle una visitada al Canal Telenovelas de Televisa a las 9 pm, donde ahora mismo están pasando ‘Cuna de Lobos’ (o sea, ¿no la ha visto?), y en la que Rebecca Jones luce como nadie los mejores y más refinados modelos trendy de la moda mexicana ochentera.
Como dice la editora de moda-at-large, Marisa Zannie, “pobre de ti, la Gab, te tocaron los horribles 90 y los minimalistas dosmiles, porque la divertida moda de los 80 jamás la verás volver”. No sé si agradecerlo o lamentarlo, pero es verdad, fue toda una declaración cultural en el vestir.
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¡Nos leemos la próxima semana!
*Gabriella Morales-Casas «Nació en la Ciudad de México. Estudió en el Colegio Green Hills antes de embarcarse a España para estudiar Literatura, aunque en realidad se dedicó a ir al futbol, fumar puros, beber buen vino y andar de shopping; al volver a México siguió sus estudios en la UNAM y en el Centro de Capacitación Cinematográfica mientras trabajaba en prestigiados medios audiovisuales e impresos especializados en deportes, cultura, estilo de vida y sociales, entre ellos Deporte Ilustrado, Día Siete, Mujer Ejecutiva y Estilos de El Universal. Celebra ya 21 años en el periodismo (no es botox, es que empezó a los 15 años). Actualmente escribe para las revistas Caras, Marie Claire, Revolution y los suplementos Consentido y Mundo VIP de El Universal. En sus ratos libre todavía hace guiones de cine y cuentos infantiles (no sabemos por qué).