Una nueva obra escultórica se integró a la arquitectura del Museo Nacional de Antropología (MNA). Se trata de un grantzompantli geométrico y moderno de más de 400 metros, creado por Manuel Felguérez sobre avenida Reforma.
En alusión a la dualidad de la vida y la muerte que caracterizó a los pueblos prehispánicos, después de crear la celosía de aluminio en forma de serpientes que realza las vidrieras de las salas etnográficas, en la parte superior del museo, el artista plástico agregó la representación de la calavera para completar en su exterior la obra del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.
El camino iluminado del tzompantli lleva al Tláloc, de esta manera calavera y deidad invitan desde la calle a traspasar el tiempo y girar en el caleidoscopio de la arqueología por los próximos 50 años en ese prisma de culturas mexicanas que es el Museo Nacional de Antropología.
Muro de calaveras es el título de esta obra escultórica hecha en acero al carbón que delimita el perímetro del museo, del lado de Reforma hasta la altura del monolito de Tláloc, cuya elaboración, respetuosa del paisaje natural del bosque, inició en 2009 con 135 metros y ahora se culmina en el marco de la celebración por el medio siglo del MNA.
Así luce la obra de Manuel Felguérez en el Museo Nacional de Antropología.
Foto Melitón Tapia INAH