«Desayuno en Tiffany’s» o «A sangre fría» no sólo son dos de las creaciones más geniales de Truman Capote, sino que forma parte de las obras maestras de la novela mundial.
Ambas se materializaron gracias a la mente brillante del escritor y periodista estadounidense, quien nació el 30 de septiembre de 1924 en Nueva Orleans.
Para celebar el 90° aniversario del natalicio de Truman Streckfus Persons -así su nombre real-, padre del denominado género de la non-fiction-novel, te compartimos algunos de sus pensamientos más recordados:
«El buen gusto es la muerte del arte».
«Todas las personas tienen la disposición de trabajar creativamente. Lo que sucede es que la mayoría jamás lo nota».
«Todo fracaso es condimento que da sabor al éxito».
«La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito».
«La disciplina es la parte más importante del éxito».
«El amor es una cadena de amor, pues la naturaleza es una cadena de vida».
«Que una cosa sea verdad no significa que sea convincente, ni en la vida, ni en el arte».
«La amistad es una ocupación a tiempo completo, si usted es realmente amigo de alguien. No se puede tener demasiados amigos porque entonces no sería realmente amigo de ninguno».
«Mi gran pesar en la vida es que mi infancia fue innecesariamente solitaria».
«Es imposible que un hombre que goza de libertad imagine lo que representa estar privado de ella».
«Me gusta hablar en la televisión sobre las cosas que no me gusta escribir».
«Antes de negar con la cabeza, asegúrate de que la tienes».
«Una conversación es un diálogo, no un monólogo. Por eso hay tan pocas buenas conversaciones: debido a la escasez de personas inteligentes».
«La tranquilidad de su tono en cursiva espere la malicia de su respuesta».
«La escritura dejó de ser divertida cuando descubrí la diferencia entre el escrito bueno y malo y, aún más aterradora, la diferencia entre éste y la verdadera arte. Y después de eso, vino el látigo».
«No hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se sienten lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo. Así terminará usted, Mr. Bell, si se entrega a alguna criatura salvaje. Terminará con la mirada fija en el cielo».