Hoy, La Casa del Lago, en el Bosque de Chapultepec, abrió sus puertas para la inauguración de cuatro exposiciones que tuvimos la oportunidad de conocer, a través de una visita guiada por parte de los artistas involucrados.
En la primera sala, podemos encontrar la exposición de alimentación contemporánea, que trata de la sociedad contemporánea que atraviesa por un momento de crisis alimentaria, que no esta relacionada con la falta de alimento sino de la existencia de productos nocivos para la salud.
Esta exposición está conformada por pinturas, fotografías y videos que abordan esta problemática derivada del consumo de alimentos en la sociedad.
La curadora invitada Carla Alba, explicó que es una exposición muy interesante e importante para el país, ya que con el paso del tiempo ha cambiado la forma de alimentación, debido a grandes factores, como por ejemplo la parte empresarial, porque cada vez reducen más el tiempo de comida y caemos en esta parte equivocada de alimentación y tenemos que recurrir a “comida basura” como ella le llama, y que además significa contaminación para el ambiente y obviamente para nuestro organismo.
En la muestra pudimos observar piezas artesanales, visuales,naturales y en video, porque los expositores consideran que es una forma atractiva y a la vez informativa, para hacer conciencia sobre la forma en que nos alimentamos. La idea es partir de una perspectiva de crítica y así poder ofrecer una perspectiva de decisión, donde el objetivo es tomar la decisión de cambiar nuestra forma de alimentación.
Se enfocaron en la tradición gastronómica nacional, que es la forma de preparar un platillo típico mexicano, el mole, y mediante un video muestran como es el proceso de elaboración. El objetivo es hacer conciencia en la personas y que se den cuenta de la importancia al dedicar tiempo a una sana alimentación, a convivir con la familia y que recuerden de la maravillosa gastronomía que tiene México.
La segunda exposición lleva por nombre Diógenes, y trata del como cambiar el significado del ocio. El punto de partida es reparar en lo que el ser humano hace precisamente cuando no trabaja. Lo que solemos hacer con lo que conocemos como tiempo libre. Ese periodo en el que en podemos administrar nuestro descanso se ha convertido en factor medioambiental clave.
Nos muestra algo totalmente diferente y en cierto punto poco convencional. Reunieron a once artistas mexicanos que no se conocían, el objetivo era, a través de piezas de barro plasmar el tema del ocio y entender que no solo significa “no hacer nada”.
Algo interesante que pudimos observar en la exposición, fue que utilizaron solo un tipo de material para la muestra, el barro, le dieron diferentes formas para plasmar pinturas, piezas de nuestros antepasados, por ejemplo, recrearon una cazuela con la que nuestros antepasados median el tiempo, el objetivo era llenar la cazuela de agua, hacerle un agujero y cuando quedaba vacia quería decir que la noche había terminado. Y también están algunas piezas que tienen que ver con experiencias propias y aprendizajes que han tenido a lo largo de su vida.
Algo interesante de este proyecto es que, los artistas decidieron que iba a ser una muestra unificada, porque no querían llevarse el crédito de forma individual, optaron por el trabajo en equipo.
Nueve de los once artistas nunca habían trabajo con barro, por lo cual nos dice la artista María Sosa “sentí que podía trabajar con mucha libertad y fue una experiencia totalmente diferente y que te saca de donde tu estas y tu estado de confort”.
El objetivo de esta exposición es entender que el ocio puede llegar a ser positivo, porque puede servir para crear ideas, historias, pinturas, piezas etc.
Las cuatro exposiciones estarán disponibles hasta el 31 de agosto.