El trabajo del fotógrafo francés Claude Désiré Charnay, uno de los pioneros en registrar los monumentos arqueológicos de México, será exhibido por primera ocasión de manera amplia en la exposición La memoria revelada. El surgimiento de la fotografía arqueológica, que será inaugurada el próximo 28 de abril, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
Se trata de una muestra integrada por 67 fotografías tomadas entre 1857 y 1885, de sitios como Monte Albán, Chichén- Itzá, Yaxchilán, Palenque, Comalcalco, Tula y Teotihuacan, entre otros, además de seis piezas arqueológicas de la cultura Maya que dialogan con las imágenes, así como dos libros en los que Claude Désiré Charnay plasma su pensamiento y visión sobre el pasado mesoamericano.
Con el propósito de ofrecer un contexto tecnológico de la época, la exposición tiene una sala introductoria en la que se exhibe un esterografoscopio, un visor estereoscópico, una cámara estereoscópica y una parte de una cámara fotográfica de fuelle, pertenecientes a la colección de la Filmoteca de la UNAM. Además, a partir de mayo se incorporará a la muestra una cámara objeto de 1839, creada por Louis Jacques Mande Daguerre, propiedad del Museo de Arte Moderno del INBA.
La muestra también incluye un ciclo de conferencias en las que participarán Eduardo Matos Moctezuma y la investigadora Rosa Casanova; así como talleres, visitas guiadas y cursos de fotografía. La muestra permanecerá abierta hasta el 27 de julio de 2014.
Sobre Claude Désiré Charnay
La historia de Claude Désiré Charnay (1828-1915) es fascinante. Viajó en tres ocasiones a distintos lugares de México, donde recorrió sitios arqueológicos con el propósito de registrarlos. Sin embargo la tarea no era nada sencilla, pues en aquella época el equipo fotográfico y todos los accesorios que utilizaba representaban una carga que se estima en mil 800 kilos, con los que tenía que subir montañas, atravesar ríos y llegar a las entrañas de la selva.
Hay que precisar que Désiré Charnay llegó a México en noviembre de 1857, al Puerto de Veracruz, donde se encontró con un país en proceso de cambio que vivía la separación definitiva de la Iglesia y el Estado con la aplicación de las leyes impulsadas por el presidente Benito Juárez y Sebastián Lerdo de Tejada. Es decir, se encontró un país al borde de la guerra civil.