En el mundo del whisky, la regla es que el destilado pase 12, 15 o 18 años de añejamiento; pero como para William Lawson’s no hay reglas decide añejarlo por 13 años.
William Lawson’s 13 mantiene las propiedades auténticas de “William Lawson’s Finest”, la creación que legó el mismo William Lawson, pero pasa el último año de añejamiento, el 13, en barricas de bourbon, siendo el último paso para tener un Scotch más robusto y oscuro.
Este úlitmo año de añejamiento, provee a William Lawson’s 13 de una intensidad en sabor; las notas que obtiene durante este proceso evocan a frutos maduros recien cortado, cereales de malta tostados y finalmente un intenso sabor a caramelo tostado. Este balance único de sabores y cuerpo hacen de William Lawson’s 13 un whisky ideal para tomarse en old-fashioned con hielo.
William Lawson un hombre que hacía las cosas a su manera
Aunque la historia de William Lawson es a detalle un misterio, lo que sabemos con certeza es que a él le gustaba hacer las cosas a su manera. La ideología de Lawson se basa en la concepción “No Rules. Great Scotch”, que apela a un estilo de vida donde retar los convencionalismos es indispensable. “No Rules” va más allá de romper reglas, es crear las propias logrando una autenticidad inigualable, como lo hizo él al crear su whisky.
Lawson pensaba que la turba, (material orgánico de componentes vegetales comunmente utilizado para el secado de la malta) pertenecía al pantano y no al whisky. Al eliminar la turba del proceso de destilación, elaboró un producto con un sabor único, tan distinto al resto de las maltas, que se ha fabricado por más de 100 años y disfrutamos hoy con los mismos estándares de calidad impuestos por su creador.