El Museo de Arte Carrillo Gil despide el año con esta nueva propuesta curatorial de Guillermo Santamarina, quien invitó al artista Benjamín Torres con una muestra antológica de más de diez años de trabajo, con collage, escultura, instalación y objet trouvé (objeto encontrado), para mostrarnos una realidad compleja y paradójica, llena de inquietudes y deseos, como pulsos eróticos, ilusiones místicas, reflexiones sobre la urgencia del medio ambiente lesionado; en fin, ante un mundo aparentemente exhausto, una humanidad presumiblemente hipnotizada por la publicidad y el consumismo, declives en la sensibilidad, pero que creemos –como este artista- todavía recuperables.
El proceso artístico y el pensamiento de Benjamín Torres han estado enfrascados en esas nociones y cuestionamientos, desde hace tiempo -y no para abrumarnos a los demás que no somos muertos vivientes todavía- con consecuentes inyecciones de desazón, sino para abrir brechas aparentemente bloqueadas de conciencia, de compromiso, y de libre florecimiento de nuestros pulsos sensuales; ha dedicado mucho de ese tiempo, prácticamente una década, compartiéndonos esquemas de sus aspiraciones, ansias, afanes, anhelos, apetitos, pretensiones, caprichos, empeños, antojos, pasiones, ambiciones, intereses por recuperar algo… más allá de la elemental nostalgia.
Otro aspecto importante del proceso aquí expuesto, está en el énfasis e importancia que Benjamín le da al valor de la información, a través del acopio, recodificación y análisis de las imágenes como concepto, como teoría y como realidad visual. En ocasiones con un pronunciamiento crítico sobre el poder de la publicidad; en otros casos ofreciendo un tributo al collage dadá (plataforma de juego en los significados de lo observable, lo comprensible, la incordia de clases y el cachondeo erótico); y en otros ejemplos, activándose como una proclamación urgente lanzada al mundo.
Esta antología de las manifestaciones de Benjamín Torres, además del polvo de sol distante que irradia en lo inexplicable, lo mágico, o en el consenso místico, que aunque polvo especulativo también está visible ahora en muros del primer piso del MACG, refuerzan los cables y las antenas de lo que este museo ha izado desde hace ya cuatro décadas: obstinado en no perder el apretón de la fantasía, de la solidaridad, y del espíritu humanista que los artistas y el pueblo mexicano todavía están dispuestos a compartir con franqueza.
La exposición estará abierta al público a partir del 14 de diciembre y hasta el 16 de febrero de 2014 en el primer piso del Museo de Arte Carrillo Gil, ubicado en Avenida Revolución 1608, colonia San Ángel.