Ir al Pujol siempre es una experiencia. Para mí, Enrique Olvera es de mis Chefs preferidos de siempre. Soy fan de sus esquites y de su cocina desde hace mucho, mucho tiempo, y he sido fiel seguidora de su trayectoria y obra.
La semana pasada constaté una vez más que debido a sus creaciones tan sublimes y exquisitas, es hoy por hoy, quién es, tanto que hoy, 2 de septiembre, en cuanto estoy escribiendo esta nota, La universidad de cultura gastronómica Basque Culinary Center ha fichado para su consejo asesor a dos nuevos miembros: el chef catalán Joan Roca (del trío creativo del mejor restaurante del mundo El Celler de Can Roca) y el prestigioso cocinero mexicano Enrique Olvera (titular de Pujol), aplausos!
Pepe y Bernardo Cabrera, espléndidos anfitriones, junto con Enrique y su staff, nos invitaron a la prueba de menú del programa Sensaciones Cítricas, el cual llevan a cabo con Tequila 3 Generaciones.
Desde que recibí la invitación me entusiasme enormemente, y al 15 para las 8 de la noche del miércoles pasado, ya estábamos estacionando el coche afuera del Pujol, para no perdernos ni un segundo, lo que sabíamos iba a ser una experiencia extraordinaria.
Entrando a Pujol, nos indicaron en la recepción que el evento sería en un privado, y nos condujeron escaleras arriba hasta un salón en donde estaba una mesa para 12 personas, espectacularmente montada. Copas de tequila, champagne, vino y agua, aproximadamente 9 copas por lugar, con un centro de mesa divino, servilletas de lino y el regalo más grande de todos, Enrique Olvera cocinando en vivo y a todo color con su staff, sólo para nosotros. Wow! Por supuesto corrí con mi celular paparazzi a tomarle un par de fotos.
Este FoodLab de Sensaciones Cítricas consistió en la degustación de 5 platillos, 3 tequilas, blanco, reposado y añejo, dos enloquecedores y extraordinarios vinos de Espuma de Piedra, de Casa de Piedra del Valle de Guadalupe, blanco y rosado, 2 vinos de Hugo D´Acosta 2010, La Borde Vieille y un mega vinazo del cual ya soy fan para siempre, Clandestino 2011, también de Hugo D´Acosta, el cual nos cuentan se llama así, ya que originalmente le quería poner Tacha, y la reglamentación no lo dejó, por lo cual, decidió llamar Incógnito. Además de que tiene una etiqueta por demás singular e interesante, este vino del Valle de Guadalupe es una belleza y lo recomiendo ampliamente.
Con todas estas espléndidas bebidas frente a nuestros ojos, el staff de Enrique nos trajo el primer platillo: Aguachile de semilla de chía, pieza inolvidable y de la cual les comparto la fotografía, ya que no solo es delicadeza hecha platillo, sino que visualmente es hermoso, en este pequeño poema el sabor del limón tenía un toque elegante y contundente, con la sensación cítrica perfecta, la cual estábamos buscando. Para continuar, un cebiche de coco y lima, el cual fue un suspiro de sabor, en armonía con una presentación con pequeñas flores comestibles. Como tercer tiempo llego una ensalada de romeritos y limón persa, la cual tenía un gusto aterciopelado e indescriptible, inmejorable. Para continuar, pulpo con toronja y lima, un platillo irrepetible, ya que nadie lo cocinará como el grande del Pujol. Para ese momento, los aplausos para el Chef no se hicieron esperar, grande entre los grandes.
La verdad, esta cena-degustación de Sensaciones Cítricas, será inolvidable en mi mente y en mi memoria gastronómica, ya que pocas veces uno puede tener la oportunidad de saborear manjares así. Enrique y Hedoné, gracias!