Los diamantes son eternos, fue el título de una famosa película de la saga de James Bond, el archiconocido agente 007 que encarnaron actores de la talla de Roger Moore, Daniel Craig, Pierce Brosnan o Sean Connery.
Precisamente de diamantes se vale la Alta Joyería de Corum para mostrar el Corum Admiral´s Cup Legend 38, que combina magníficamente este precioso material con zafiros, creando una majestuosa sintonía de 1444 piedras en 11,56 quilates. La técnica utilizada de la que presume es de engaste invisible y engaste nieve.
Una pieza llena de inspiración y de excelencia en relojes, que darán una imagen de lujo y perfección a toda mujer que lo luzca. Su movimiento mecánico es automático, el calibre CO 082.
Las horas y los minutos se muestras con extrema sencillez en la carátula, compuesta por 71 zafiros rosa (~0,23 quilates), 14 zafiros violeta (~0,05 quilates) y 73 diamantes (~0,21 quilates), creando un motivo floral y brillante con pétalos y corolas.Todos los grabados que se aprecian están hechos a mano sobre el contorno de oro blanco.
Corum propone, además, una versión con brazalete de piel de cocodrilo de color blanco dotado de una hebilla desplegable de oro blanco engastada con 20 diamantes (~0,21 quilates).
Breve historia de Corum
Corum nace en el año 1955 en La Chaux-de-Fonds, Suiza, cuando los co-fundadores de la empresa, Simone Ries y Ren Bannwart se unen al taller de relojería Gaston Ries.
La lujosa marca de relojes ha diseñado auténticas joyas, desde el «Golden Bridge» a la «Limelight», «Coin Watch», «Rómulo» y «Copa Almirante», estrenando constantemente nuevos diseños.
Desde diciembre de 1998, Corum ha sido co-propiedad de la familia Bannwart y el Grupo Al Fardan en Doha, Qatar. Tras varios meses de negociaciones, el empresario estadounidense Severin Wunderman ha adquirido una participación mayoritaria en la empresa en lugar de a través de su empresa, Severin Montres, Ltd.
Su logotipo es una la llave cara arriba, remontándose a su primer lema: «La llave al tiempo perfecto», y todavía permanece aplicable a su último lema: «Abre y conquista».