París ha sido por muchos años la capital indiscutible del savoir faire francés. Hoteles en los que se viven experiencias únicas en los que despertarse en hoteles-palacio como el George V, el Ritz, el Meurice, el Hotel de Crillon, Le Bristol y el Plaza Athénée es en sí una buena parte de la experiencia parisina.
La más regia: Suite Imperial, Ritz París
15 Place Vendôme; T. 33 (1) 4316 3030; F. 33 (1) 4316 3668/69; www.ritzparis.com; el precio oscila entre los 6 100 y los 8 500 euros diarios, según la temporada.
Cuando César Ritz eligió la Place Vendôme para su hotel, su idea era construir un lugar tan lujoso y elegante que hasta los reyes pudieran sentirse como en su casa. El resultado fue un hotel único, en el que por primera vez había baños con agua corriente, y un nivel de servicio tan extraordinario que la palabra Ritz se convirtió en sinónimo de refinamiento y perfección. Usted podrá dormir como una reina en la Suite Imperial, que ha sido la residencia parisina de muchas cabezas coronadas durante sus viajes a la capital francesa. El salón está inscrito como monumento nacional, con sus alto y bajorrelieves, sus cuadros de grandes maestros y sus muebles de estilo imperio en seda roja y oro. La cama con dosel de la habitación es una réplica exacta de la de María Antonieta en Versalles y desde todos los ventanales hay una magnífica vista de la Place Vendôme.
La mejor vista: Belle Étoile, Meurice
228 rue de Rivoli; T. 33 (1) 4458 1010; F. 33 (1) 4458 1015; www.meuricehotel.com; alrededor de 10 mil euros por día.
En el hotel Meurice de todas las suites, hay una sobresaliente en todos aspectos. La maravillosa Belle Étoile del séptimo piso tiene una superficie de 250 metros cuadrados. Su terraza, 275 metros cuadrados. Pero más que su tamaño, lo especial es su vista de París de 360°; con el Louvre a sus pies y todos los monumentos parisinos a su alrededor. La suite tiene además lobby, sala comedor, habitación con vestidor, despacho y un baño de mármol blanco con tina redonda con jacuzzi, desde donde se puede ver la cúpula de los Inválidos y la colina de Montmartre. A solicitud del cliente, el hotel puede poner a sus órdenes un valet y un chef particular.
El servicio más personalizado: Le Bristol
112 rue du Faubourg St Honoré; T. 33 (1) 5343 4340; F. 33 (1) 5343 4301; www.hotel-bristol.com; entre 6 mil y 7 mil euros diarios, según la temporada.
Con sólo entrar en el lobby de Le Bristol, el cliente es recibido como un señor que regresa a su mansión. La Suite Presidencial, de 300 metros cuadrados, tiene un salón Azul, un salón Champagne, dos habitaciones, dos cuartos de baño y un hamman privado. Su doncella habitual lo estará esperando para tomar nota de sus deseos, deshacer sus maletas y revisar la ropa que necesite lavarse o plancharse. Este servicio lo harán a mano las expertas tintoreras, lavanderas, planchadoras y costureras del hotel, que le devolverán sus prendas en tiempo récord. Si al salir de viaje olvida algo, a su regreso, cuando quiera que éste sea, lo encontrará en el mismo lugar en que se quedó. Todo estará en su sitio, hasta un libro abierto en la página en que lo dejó.