Marrakech nos ofrece alojamientos con un encanto único, en los que dejarse llevar por la auténtica esencia árabe. Los famosos riads convertidos en extraordinarios hoteles con fuentes, jardines y patios en el interior. En este artículo te hablaremos de Anayela, situado en el corazón de la medina.
El inmueble es un pequeño palacio de más de 300 años de historia, que en el año 2007 fue restaurado por un empresario alemán para convertirlo en un lugar de inspiración para relajarnos, olvidarnos del stress y la rutina diaria. La renovación del edificio llevo varios meses y se llevó a cabo utilizando únicamente la artesanía tradicional marroquí. Cada mueble, cada lámpara e incluso cada cubierto han sido realizados a mano y sin herramientas eléctricas, por más de 100 artesanos locales.
El resultado es una obra de arte en sí misma con un ambiente único y exclusivo.
El nombre de Anayela, se debe a Yela, una joven que vivió en la casa siglos atrás y cuya carta de amor se encontró durante las tareas de reconstrucción, dispone de tres habitaciones y dos suites decoradas al estilo tradicional.
Cada estancia está dispuesta alrededor del patio central, que cuenta con una piscina climatizada en el centro. Destaca la terraza de la azotea que cuenta conunas vistas maravillosas de la medina y el desierto.
Más info: www.anayela.com