Burberry inauguró una nueva tienda situada en Regent St., convirtiéndose en la más grande que posee la firma.
Esta tienda cuenta con 2.500 metros cuadrados repartidos en cuatro plantas, en donde los visitantes encontraran, además de los artículos clásicos de la firma, una gran cantidad de elementos tecnológicos, como una pantalla de siete metros, varios iPads, numerosas pantallas de vídeo y un escenario.
La tienda terminó su renovación, tras casi dos años de trabajo, para convertirse en el establecimiento franquicia de la firma, en ella también pueden encontrarse las colecciones de hombre, mujer, niño, calzado y accesorios. En la decoración predominan los colores claros: el blanco y cremas en las paredes, y en los suelos hay una mezcla entre maderas y azulejos, también cuenta con gran cantidad de sillones, sillas y pequeñas mesas, colocadas por todo el local.
Uno de sus mayores atractivos son los espejos, ya que se voltean instantáneamente mostrando imágenes de pasarela y vídeos exclusivos.
Otro detalle interesante que ha incluido la marca en esta tienda es la tecnología por radiofrecuencia (RFID), colocada en las prendas que, al ser acercadas a una de las pantallas situadas en la tienda, muestra información y contenidos audiovisuales sobre su fabricación.