Las actrices y cantantes han sabido explotar su parte creativa diseñando líneas de trajes de baño o de ropa que algunas de ellas hasta se animan a desfilarlos en sus campañas, es decir, son las modelos que promueven sus trajes de baño. Esto merece un aplauso y tiene su mérito y un gran valor.
Tenemos el caso de Geri Halliwell al promocionar con su cuerpo su línea de swim-wear para Next. Aunque sus curvas no sean perfectas, la ex Spice Girl tiene claro que su nombre y su imagen de chica alocada que jamás envejece es suficiente para vender bikinis como tacos.
Su coraje nos recuerda al de la cantante Kylie Minogue que en 2007 posó en bikini con su diseño para H&M. En este caso, el dos piezas le sentaba perfectamente y le sirvió para acercarse a su público, ya que posó justo después de terminar su tratamiento contra el cáncer. Esta iniciativa de la cantante fue muy aplaudida, especialmente por aquellas mujeres que habían pasado por el mismo trance.
Una labor que fue un ejemplo, fue la de Beyoncé para House Of Dereon, que invitaba a todas aquellas mujeres con curvas a olvidar sus complejos. Lo mismo a Elizabeth Hurley, que hizo lo propio con las mayores de 40. Y en cuanto a Avril Lavigne con su marca Abbey Dawn para todas las adolescentes.
Todas triunfan como creadoras de sus propias marcas, pero la que más es Jessica Simpson, que los problemas de sobrepeso no han afectado a su firma, en la que este año pretende facturar mil millones de dólares. Eso sí, ella no posa con sus creaciones.
Tampoco lo hacen Jennifer Lopez para Kohl’s, ni Sofía Vergara para Kmart o Kim Kardashian para Sears. Estas celebrities solo aportan sus ideas, pero no ceden su imagen para las campañas.