Carpaccios, embutidos y quesos de primera calidad o sabrosas sopas frías son las mejores opciones para quedar como el perfecto anfitrión sin siquiera encender los fogones.
Por ejemplo, los carpaccios pueden ser la perfecta opción de comer carne sin que sea pesada y con el mismo sabor, ya sea el vacuno, la presa ibérica o el avestruz en finas rebanadas marinadas o acompañadas de sal gruesa, cebollino, vinagre o mostaza. La carne mantiene todo su sabor.
En cuanto a los embutidos, puede degustar el lomo o el jamón serrano, bueno mejor un autentico ibérico, la perfecta entrada para una cena informal, tanto en invierno como en verano. Además, si están previamente rebanados que mejor tiempo ahorrado para aprovechar y abrir un vino para compartirlo con los amigos, un maridaje único.
Igualmente atemporales son las tablas de quesos. La riqueza de variedades de quesos que existen hoy en día nos asegura un éxito absoluto. Da igual que estemos hablando de un Manchego, de un Cabrales o de un Idiazábal, Roquefort, Reblochon, Queso de cabra y puedes presentarlos combinados, una auténtica garantía de éxito.
Y porque no como los españoles los famosos Gazpachos, la reina de las sopas veraniegas, que puede ser tomada en bol como en vaso o modo de aperitivo. Lo ideal es presentar una guarnición para que cada cual complete el plato como prefiera: verduritas en trozos pequeños, huevo cocido, puntillitas de jamón… Los más atrevidos tienen la opción de dar una vuelta de tuerca más y apostar por un gazpacho de fresas o uno de sandía, fruta veraniega y fresca por excelencia.
Precisamente la sandía, junto al melón, puede ser la base de un postre fresco y de temporada. Junto a los trozos de fruta fresca no desentonará una bola de helado de cualquier sabor. Ideal para esta propuesta de cenas frías en esta cálida temporada veraniega.