Uno de los lugares extraordinarios en el Mediterráneo es la Costa Azul francesa, y es allí donde se encuentra Cap Estel, un hotel boutique ubicado a unos cuantos kilómetros de Mónaco que se sitúa en el cabo del mismo nombre.
Se trata de un establecimiento de cinco estrellas que se ha convertido en el favorito de los millonarios que cada verano llegan a este lugar por la privacidad ideal que posee este hotel.
La mansión está rodeada de la naturaleza típica del lugar, junto a una montaña que hace que el complejo de 5.500 m2 se encuentre totalmente aislado, lo que logra la privacidad que sus clientes buscan. Cuenta con 10 apartamentos, 14 suites y cuatro habitaciones. En ellas, la decoración es clásica, tonos blancos y con espectaculares vistas sobre el mar y sobre el parque natural.
Sobresale en la punta del cabo una piscina y un jacuzzi, que resulta perfecta para los que desean relajarse mientras sienten la fresca brisa del mar. Para los que les gusta la arena y las olas, también cuenta con una playa privada a la que se accede por unas escaleras privadas.
El spa de Cap Estel ofrece varios tratamientos cosméticos, cromoterapia, sauna, piscina interior donde nadar y un fitness center completo.
La gastronomía del lugar se encuentra a cargo del chef Patrick Raingeard, muy reconocido en Mónaco, con el restaurante Mandarine. En su cocina se elaboran alimentos con las hortalizas y frutas del huerto privado del hotel, así como los mejores pescados y verduras de la región.
Este hotel nos hace recordar el escenario de una película de James Bond, y porque no pensarlo; con una arquitectura señorial, la decoración exquisita; y la alta sociedad llena de glamour en sus salas, perfectamente concuerda con los films del Agente ingles 007.